El futuro del Esequibo
Venezuela celebrará un referendo consultivo sobre el Esequibo, ¿qué buscan con él y cómo se resuelve la disputa con Guyana?
Este domingo 3 de diciembre, Venezuela celebrará un referendo donde consultarán a la población sobre el futuro de la disputa con Guyana por el territorio del Esequibo. De las preguntas que se le presentarán al electorado queda claro que el gobierno de Nicolás Maduro busca obtener un mandato público para desconocer la competencia de la Corte Internacional de Justicia en el caso y para la formación de un “estado de la Guayana Esequiba”.
La realidad es que la opinión popular no importa. No importa porque el régimen de Maduro hace lo que le da la gana— ya han desconocido la competencia de la Corte— y porque la integridad territorial de Venezuela es una obligación constitucional. Como ya han dicho muchos, no hay nada que consultar este domingo. Aún así, el domingo es el referendo, entonces, ¿qué quieren realmente? Además, ¿qué ocurrirá con el Esequibo después del referendo?
Los objetivos reales
El gobierno sabe que su popularidad está bastante golpeada y que enfrentan a la oposición más unida en los últimos cuatro años. Como he escrito antes, el PSUV reconoce que su resultado electoral de 2021 fue bastante pobre, no alcanzaron los 4 millones de votos por primera vez en una elección nacional. Por eso tenemos este referendo atravesado a final del año, le da al gobierno la oportunidad de medir su apoyo y capacidad de movilización electoral.
Encima, les da la oportunidad de dividir a la oposición, obligándolos a tomar posturas públicas en un asunto que en Venezuela suele ser bastante delicado. Por este frente, los esfuerzos del gobierno les han producido algunos resultados favorables. Manuel Rosales, Henry Ramos Allup y Henrique Capriles todos han dicho que participarán en el referendo del domingo. El alcalde de Baruta por Fuerza Vecinal, Darwin González, incluso colaboradó con Delcy Rodríguez para hacer un “volanteo” en Las Mercedes.
No se cuánto solapamiento habrá entre seguidores de Capriles/Rosales/Allup y los opositores más nacionalistas pero lograr que ellos tomen posturas públicas muy distintas a la de María Corina Machado puede causar más fracturas en esa coalición opositora que se ha ido formando en contra del PSUV. No al nivel de los dirigentes pero al nivel del electorado que puede estar enfrentándose a emociones e intenciones encontradas.
“¿Si quiero votar soy chavista?”
“¿Si no voto estoy del lado de Machado?”
“¿Es Capriles más chavista de lo que pensé?”
Ya esas dudas son suficiente para herir el movimiento electoral pro-Plataforma Unitaria. ¿Cuánto daño terminará sufriendo? Eso no lo sabemos aún, quizás nunca lo tengamos claro pero será importante seguir pendientes.
El futuro del Esequibo
La situación actual es muy difícil de cambiar.
Guyana mantiene control de facto del Esequibo y ha sido así desde que aquel país obtuvo su independencia del Reino Unido. En el Esequibo hay ciudades guyanesas, donde viven guyaneses que pagan impuestos a Guyana y resuelven sus controversias en las cortes de aquella nación. Ahí opera la Guyana Defence Force (GDF), con bases y patrullaje a lo largo del mismo y sus costas y ríos. No hay ni una sola carretera que conecte a Venezuela con los pueblos de la Guayana Esequiba.
Con todas estas consideraciones— y también pensando en lo inconsistente que ha sido el reclamo venezolano— Guyana ha ido confiada ante la Corte Internacional de Justicia para que esta se pronuncie sobre la validez del Laudo Arbitral de París de 1899 que estableció la frontera actual a lo largo del Río Cuyuní.
El Esequibo conforma más del 70% del territorio internacionalmente reconocido de Guyana, habiendo sido concedido al país en aquel Laudo fraudulento de 1899. Allá en Georgetown están convencidos de que no hay forma que la Corte va a revertir una situación de esta magnitud. Venezuela está igual de convencida, razón por la cuál el gobierno de Maduro ha estado tan enfocado en desconocer la competencia de la Corte.
Guyana tiene todas las fichas de negociación de su lado. Ellos poseen el territorio, mantienen control efectivo del mismo desde hace casi siete décadas, mantienen lazos de colaboración militar con países de la región como Perú, Brasil y Estados Unidos, tienen múltiples intereses comerciales internacionales que prefieren que las cosas se queden como están ahorita.
La realidad es que Venezuela tiene todo en contra. En gran parte eso explica las amenazas militares de los meses recientes. Andar sacudiendo los sables es una estrategia clásica de negociación, haces pensar al otro bando que estás seriamente considerando usar la fuerza en su contra. Es posible que el militarismo absurdo de estos meses se deba a un intento de obtener algún tipo de concesión en la disputa y así poder vender a Maduro como el gran rescatista del Esequibo.
Dudo mucho que Guyana se crea las amenazas. Ellos saben que Maduro ha estado persiguiendo el levantamiento permanente de las sanciones extranjeras. Las sanciones institucionales sobre el petróleo venezolano han sido levantadas temporalmente, Maduro por fin puede acceder a todo ese dinero que ha estado perdiendo en los últimos años. ¿Realmente haría algo tan atrevido que garantizaría la pérdida de ese beneficio?
Personalmente lo dudo también.
Las esperanzas del reclamo venezolano recaen sobre la decisión de la Corte Internacional de Justicia y este gobierno está haciendo un pésimo trabajo para defenderlas.
En principio, este es el cuarto y último post sobre los hechos que han intensificado la disputa con Guyana a lo largo de este año 2023 pero consideraré redactar uno o dos posts adicionales a futuro dependiendo de cómo evolucionen las tensiones en las semanas que siguen. Por ahora, pueden encontrar la serie completa aquí.
¡Gracias por leer!