¿Quién tiene interés en la disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequibo?
Hay bastantes manos metidas en la torta, veamos quiénes son y cómo quieren que se resuelva la disputa.
Si leemos los comunicados diplomáticos de Venezuela veremos que todos comparten la misma narrativa anti-imperialista de principios del Siglo XX. Cada uno de ellos se enfoca en culpar a la petrolera ExxonMobil por el despojo del Esequibo y su entrega a la República Cooperativa de Guyana. La realidad, por supuesto, es un poco más compleja que eso y no solo incluye a Estados Unidos y Guyana, pero también a Brasil, Francia y aquel “leal” amigo de Venezuela, China.
El post de hoy no será una revisión exhaustiva de cada relación comercial y diplomática de Guyana, ese trabajo tomaría meses y cientos de páginas, más bien, haré un repaso breve de algunas relaciones de particular interés y cómo evidencian una realidad que se desvía de las narrativas oficiales nacionales.
Los intereses corporativos
A pesar de que la propaganda oficial del gobierno ama culpar a ExxonMobil de todas las decisiones tomadas por Guyana (y de todos los fracasos propios de Venezuela) es importante recordar que la realidad es bastante diferente.
Mientras que ExxonMobil es la empresa con mayor interés inmediato, habiendo descubierto la viabilidad económica de los bloques petroleros en 2015, la empresa estadounidense no se encuentra sola en esta aventura. ExxonMobil es el operador encargado de la exploración en los bloques Stabroek, Canje y Kaieteur, una buena porción de los bloques que han sido delimitados por Guyana como podemos ver en el mapa de abajo:
La totalidad del proyecto petrolero guyanés es bastante controversial en Venezuela ya que, como es fácil ver en el mapa, la mayoría de los bloques de exploración y explotación se encuentran en aguas de la costa del territorio Esequibo. Dicho eso, el bloque Stabroek, junto al Roraima, son cuestiones particularmente sensible considerando que se extienden a hacia aguas que Venezuela considera corresponden al estado Delta Amacuro.
De aquí originan los ataques a ExxonMobil como la gran estratega del despojo de territorio venezolano, una narrativa común en la política de izquierda y que se remonta a principios de Siglo XX cuando la United Fruit Company participaba en golpes de estado en centroamérica. Pero, como dije arriba, ExxonMobil no está sola en Guyana.
La China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) controla un 25% de los intereses de participación en el bloque Stabroek, junto a los 45% de Exxon y el 30% de Hess. Como podemos insinuar por su nombre, la CNOOC es una empresa estatal china, controlada por la República Popular China y la Comisión Estatal para el Control y Supervisión de los Activos del Estado (SASAC). Es raro entonces, que China no figure en ninguno de los comunicados diplomáticos publicados por Venezuela. Bueno, raro para alguien que no conozca este gobierno, los demás sabemos que China no aparece por dos razones: Maduro tiene esperanza de que China rescate a Venezuela financieramente y al PSUV no le importa el Esequibo.
Beijing y Georgetown han estado en un proceso de mejorar relaciones comerciales después de una saga de controversias que involucraron a la empresa china de tala BaiShanLin. Aquella compañía había recibido una concesión de más de 672.000 hectáreas en la Guayana Esequiba para realizar sus operaciones a partir de 2007, pero la relación se complicaría tras una auditoría gubernamental en 2015 que reveló que BaiShanLin había estado escondiendo su pobre salud económica. Las concesiones fueron revocadas en 2017 pero BaiShanLin continuaría operando de forma ilegal hasta 2018.
Es fácil imaginar que ambas naciones querrán evitar situaciones similares a futuro y preferirán la estabilidad y la preservación del status quo.
Pero China no es el único país con intereses corporativos en el Esequibo ni el único socio de Venezuela en tener negocios con Georgetown. En 2009, Brasil y Guyana inaguraron el Puente Takutu que conectó la ciudad brasileña de Bon Fin con la ciudad guyanesa de Lethem en el territorio Esequibo. El Puente Takutu le dió acceso al comercio marítico al estado brasileño de Roraima y marcó el inicio de una ola expansiva de negocios entre ambas naciones que llevó a Guyana a importar unos 116 millones de dólares en bienes y servicios desde Brasil en 2021.
Algo curioso para Venezuela es que aquella relación comercial entre Brasil y Guyana no inició bajo un gobierno hostil para Caracas pero bajo el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva quien, 14 años después, se vuelve a encontrar en la presidencia brasileña. Los intereses comerciales entre ambas naciones han continuado creciendo, con la subsidiaria brasileña de Technip FMC entregando sistemas críticos para el desarrollo de los proyectos petroleros en el bloque Stabroek mientras que el sector agro-químico de Guyana tiene ambiciones en el mercado del norte brasileño.
A estos dos “socios” de Maduro le podemos agregar otras naciones con intereses en que las cosas en el Esequibo se queden como están. Francia, Catar, el Reino Unido, los Emiratos Árabes Unidos, Malasia, etc. La balanza está bastante torcida en favor a Georgetown cuando se trata del apoyo corporativo mundial.
Las posturas gubernamentales
En general, el mapa que publica las Naciones Unidas sobre Sur América es el mapa internacionalmente reconocido por los estados miembros. Existe un buen número de disputas territoriales en el continente pero, más allá de las disputas por su propio territorio, los demás países tienden a guardar silencio cuando se trata de conflictos ajenos. Esto incluye a los socios de Venezuela como Cuba que sabemos que reconoce el Esequibo como territorio de Guyana, una decisión política que data de hace más de cuatro décadas.
Pero hay un grupo de naciones que no se queda callado y afirman, de forma bastante clara, que el Esequibo es de Guyana y las palabras, amenazas y acciones de Venezuela destinadas hacia cambiar esa condición son peligrosas. Ese grupo es la Comunidad del Caribe (CARICOM), de la cual Guyana es miembro por lo cual la organización se ve legalmente obligada a defender su integridad territorial. CARICOM no perdió tiempo en tomar el lado de Guyana en la disputa más reciente y tampoco lo hicieron solos.
El Secretario Asistente de la Casa Blanca para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, se pronunció sobre el apoyo estadounidense a los derechos soberanos de Guyana y llamando a Venezuela a respetar el derecho internacional. Las palabras de Nichols fueron similarmente replicadas por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, declaró que la reclamación de Venezuela “no tiene fundamento jurídico”, palabras rápidamente criticadas por la oposición y el gobierno de Maduro.
No es muy difícil ver que la mayoría de los actores internacionales prefieren que las cosas se queden como están. Los intereses comerciales y políticos de los países de la región se ven más beneficiados por la estabilidad que por cambios repentinos, especialmente si esos cambios son violentos en naturaleza. Igualmente, tampoco es difícil ver lo flácida y transparente que es la propaganda oficial de Venezuela que ignora todo reclamo dirigido hacia los “amigos” de Caracas y sólamente busca repetir una narrativa común y que poco refleja la realidad de la situación. A este gobierno no le importan los reclamos del país.
Este viernes publicaré por acá el último post en esta serie sobre la disputa por el Esequibo. Ese último artículo tratará el referéndum consultivo que celebrará el gobierno este domingo 3 de diciembre, sus consencuencias y un par de predicciones sobre el futuro de la disputa. ¡Nos vemos!