El oportunismo en el escenario global
El PSUV parece esforzarse en dejar a Venezuela sin credibilidad internacional, sin importarles el daño que nos hacen a todos y, aparentemente, sin fijarse en el riesgo propio.
El 7 de octubre, el mundo (o la mayoría) vio con horror las imágenes publicadas en redes sociales y por la prensa mundial mostrando las atrocidades cometidas por militantes de Hamas en Israel. Hamas es un grupo terrorista y líderes de Palestina en la Franja de Gaza desde que ganaron una elección parlamentaria en 2006 y luego procedieron a eliminar sus rivales locales a punta de tiros en 2007. Los videos muestran como militantes asesinan civiles, disparándole en la espalda a quienes corren de ellos, secuestrando a otros mientras fusilan ancianos en paradas de autobús. La barbarie demostrada es indefendible y solo puede ser excusada por los más ignorantes o los más crueles.
En Israel, pasó toda la primera noche desde la incursión de Hamas al sur y la Cancillería de Venezuela seguía sin decir nada, incluso cuando todos podíamos perfectamente predecir lo que iban a decir. Tardarían 8 horas en publicar esto:
Ni una mención de Hamas, ni una sola mención de las atrocidades que han cometido, pura culpa a Israel y preocupación por los “acontecimientos en la Franja de Gaza”. Lo único que denunciaron fueron los ataques aéreos de Israel en respuesta a las incursiones. Se que es algo que debimos esperar, conociendo la orientación política general del gobierno en Caracas, pero el tiempo que han tardado en decir algo tan esperado implica que oficiales del gobierno han estado sacando una buena cantidad de cálculos sobre cada palabra que se incluiría mientras vigilaban cómo iban progresado las cosas en Israel.
Estos cálculos de riesgo lo hacen todos los países pero Venezuela, por lo menos bajo el gobierno del PSUV en las últimas dos décadas, ha sido vocalmente pro-Palestina, entonces uno imaginaría que no deberían tardar tanto para repetir el mensaje de siempre. Quien sabe, quizás el retraso se debe a burocracia interna en la revisión del texto. Pero la espera me recordó a dos otros momentos significativos para la política de exterior de Venezuela a lo largo de este año y creo que vale la pena hablar de ambos porque demuestran la poca convicción que tiene el país actualmente, lo cual lo vuelve un mal aliado, debilitando así nuestra posición en el escenario global.
La rebelión de Yevgeni Prigozhin
La costosa invasión rusa de Ucrania ha desestabilizado la posición global del agresor en formas bastante significativas. Por supuesto, Rusia quedó bastante aislada de los mercados financieros internacionales, la imposición de una serie de sanciones económicas han afectado su capacidad de producción de material bélico y la incompetencia de sus planificiadores militares ha quedado ampliamente expuesta, lo cual debilita su capacidad de amenazar o empujar a otros países a hacer lo que sea que Moscú desea. Dicho eso, creo que el evento más penoso a lo largo de los más de 590 días de guerra fue la rebelión de las fuerzas del Grupo Wagner que llevó a la captura de una sede de control y comando militar en la ciudad de Rostov.
Por horas vimos cómo los paramilitares bajo el mando de Yevgeni Prigozhin tomaban control de más territorio ruso y marchaban hacia Moscú mientras las fuerzas armadas nacionales parecían incapaces o indispuestas a hacer algo al respecto. Tropas de Wagner hasta derribaron dos helicópteros militares rusos, matando a unos 12 tripulantes. Este último evento fue el más penoso de todos, Rusia no pudo impedir que sus propias tropas se rebelasen y las cosas parecían terminar con un acuerdo que favorecía a Prigozhin y sus mercenarios, o por lo menos así pareció al principio.
Rusia ha sido uno de los grandes socios de Venezuela durante el gobierno del PSUV. En el lado militar, Venezuela ha logrado asegurar miles de millones de dólares en crédito para adquirir armas de Rusia, así como firmado contratos de cientos de millones de dólares más en tanques de combate para reemplazar los viejos AMX-30 y AMX-13C franceses y toda una flota de cazas multirol Su-30MK2 para modernizar la AMB. Todo esto sin considerar la fortuna que empresas estatales rusas como Rosneft perdieron en los pozos petroleros venezolanos a lo largo de los años, gracias al manejo corrupto de PDVSA.
En total, la escala de la asistencia que Moscú ha prestado a los gobiernos de Chávez y Maduro (especialmente lo permisivos que han sido con las deudas) debería haberle asegurado a Rusia algún nivel de lealtad de parte de Venezuela. Evidentemente no.
El gobierno venezolano pasó las 12 horas de la rebelión de Prigozhin esperando a ver qué iba a pasar, esperando a ver a qué lado le apostarían. La Cancillería publicó este comunicado donde acusaron al Grupo Wagner de emplear “tácticas terroristas”. El comunicado se publicó minutos después de que Rusia llegó a un acuerdo con los hombres de Prigozhin y Dmitry Utkin. Imaginen eso, después de todos los favores que Rusia le ha hecho al PSUV, esta gente no pudo condenar una insurrección armada en contra de uno de sus socios más importantes hasta después de terminada.
Guyana, el Esequibo y Delta Amacuro
En septiembre, Guyana anunció que habían subastado derechos de exploración sobre 8 de 14 bloques petrolíferos en aguas disputadas en la costa de la Guayana Esequiba. Sabemos que al chavismo no le ha importado ir lentamente cediendo la reclamación venezolana sobre el territorio pero, en los últimos años, han vuelto a pretender que les duele. Dicho eso, cuando el gobierno de Georgetown anunció la subasta, el gobierno de Venezuela hizo todo lo posible para quitarle la culpa a Guyana y desplazarla sobre compañías internacionales.
En los comunicados que publicó la Cancillería de Venezuela, el gobierno de Caracas casi excusaba las acciones de Guyana, alegando que aquella nación es meramente un títere de ExxonMobil y “el imperio” de Estados Unidos.
Esta acusación ignora que China, Qatar, Francia y varios otros también salen beneficiados de la subasta de Guyana. Ignora también que los líderes guyaneses son adultos capaces de tomar decisiones por su cuenta. Si hay alguien con quien Venezuela debería molestarse es Guyana, quien ha subastado derechos sobre bloques que se encuentran en territorio disputado, algunos de los cuales hasta se extienden a Delta Amacuro. Pero, aún considerando todo eso, Venezuela es incapaz de condenar al responsable porque no les importa. Están más interesados en las oportunidades propagandísticas del suceso que en la defensa de los intereses nacionales, organizando un referendo público sobre la defensa del Esequibo y marchas en varias localidades del país para protestar la subasta.
Una mancha nacional
El oportunismo del PSUV le hace daño a la imagen de Venezuela ante el mundo. Es fácil pensar en todo el daño que le han hecho al país e imaginar que esto no importa tanto al compararlo a toda la destrucción acumulada pero la realidad es que estas cosas se acumulan.
En las relaciones internacionales, la confianza tiene un peso enorme. Lo que los países dicen solo tiene valor si en el pasado han cumplido su palabra. Venezuela ahora se dedica a comportarse como un parásito que parece enterarse de los sucesos internacionales por medio de las redes sociales. Algo interesante aquí es que el PSUV tiene que saber que esto no los ayuda ya que corren el riesgo de aislar a sus pocos socios, cada vez más valiosos en vista de las dificultades financieras del gobierno de Maduro. Eso lo que hace es demostrar que reina la miopía, no hay visión a largo plazo, no parece haber estrategia geopolítica, solo tácticas del momento.
Esa imagen tardará años en ser reparada si logramos un cambio de gobierno pronto, ni hablar de cuánto durarán las secuelas si esta gente sigue al mando.