Reacciones en Rusia a los avances de Ucrania en Kharkiv
En dos semanas el ejército ucraniano ha recuperado terreno considerable en la región de Kharkiv sobre la frontera con Rusia en el este de la nación. Veamos cómo está la temperatura en Rusia.
En nuve días se cumplirán 8 meses desde que Rusia cruzó la frontera e invadió a Ucrania. Esta decisión es, fácilmente, la peor que ha tomado Moscú en décadas. No me refiero a que es una mala decisión ahora que podemos examinar algunas de sus consecuencias, no, la decisión era claramente terrible en el momento. El cálculo de costo-beneficio siempre fue atroz para el Kremlin, poco que ganar cuando lo comparas a todo lo que puedes llegar a perder.
De todas formas, la decisión se tomó y las fuerzas rusas comenzaron lo que se denominó- propagandísticamente - como una “operación militar especial”.
A pesar de los avances iniciales, la invasión se complicó bien rápido y el progreso se vió más estancado que aquellos tanques que no pudieron salir del lodo o los múltiples camiones conducidos por personas que no parecen saber cómo funcionan los ríos.
Ahora, más allá de quedarse varadas, las fuerzas rusas han perdido terreno que habían capturado desde el inicio. Lo más impresionante de estas derrotas es que han sido sufridas de forma consecutiva en un período de apenas dos semanas.
Abajo un mapa sobre la situación el primero de septiembre, 2022 elaborado por el Institute for the Study of War:
Ahora, la situación desde el lunes 14 de septiembre, 2022:
Sería irresponsable hablar sobre la situación en el frente de batalla ya que no estoy ahí y tampoco puedo garantizar acceso a información confiable. Las guerras son complejas (como se está enterando el Kremlin) y es difícil saber qué es verdad, qué es propaganda y qué es parte de campañas de desinformación con el objetivo de confundir al enemigo.
Lo que sí podemos hacer aquí es observar las reacciones en Rusia a los sucesos de estas últimas dos semanas, ejercicio útil para medir la temperatura en la nación invasora. Veamos entonces cómo han reaccionado los medios, los políticos, los bloggers militares y el Kremlin.
La reacción oficial del gobierno
El representante del Kremlin, Dmitry Peskov, dió una conferencia de prensa el día lunes donde informó que “la operación militar especial continúa y continuará hasta que se alcancen todos los objetivos”.
Peskov insistió que siguen en contacto cercano con los oficiales del Ministerio de Defensa, ente gubernamental encargado de la guerra, el cual informó que habían bombardeado las fuerzas ucranianas que avanzaban, supuestamente con logros considerables.
Curiosamente, el Ministerio de Defensa calificó las derrotas como una “retirada estratégica” para reagrupar fuerzas y no una derrota. Si aquello es una táctica propagandística para evitar verse débil, pues, no es muy buena. ¿Por qué se retiraron si no temían ser derrotados? Al final el hecho es que han perdido ciudades clave de la región como Izium y Kupiansk.
El público ruso se ha fijado en esta contradicción y les está costando más y más tragarse el plato de mentiras que le sirve el gobierno. Primero, veamos algunas reacciones del público pro-Putin.
Las reacciones del público pro-guerra
Las reacciones de aquellos nacionalistas pro-guerra que han apoyado a Putin desde el inicio de la invasión pueden ser medidas viendo sus interacciones en las redes sociales de bloggers militares rusos que han estado siguiendo el combate desde cerca.
La red social más popular en Rusia para este tipo de conversación es la aplicación de mensajería instantánea Telegram. Por supuesto, los rusos usan Telegram para todo tipo de conversaciones diarias pero también está cargado de canales dedicados a discutir los sucesos de la guerra en Ucrania.
Muchos canales son pro-Putin y pro-guerra, algunos son increíblemente populares como el canal del blogger y ex-agente de seguridad ruso Igor Girkin, popularmente conocido bajo el alias Igor Strelkov (o solamente Strelkov), cuyo canal de Telegram tiene casi 584,000 suscriptores. The Guardian reportó sobre un video que Girkin subió a su canal el pasado lunes 12 de septiembre, donde parecía conceder que las cosas se ven bastante mal para Rusia. Girkin incluso fue un paso más allá y declaró que Sergei Shoigu, el Ministro de Defensa ruso encargado de la guerra, debería ser fusilado por su fracaso.
Girkin no es el único que siente que las cosas se le están yendo de las manos a Moscú.
La tendencia en los canales de los milbloggers pro-guerra es bastante pesimista en general. El canal de Telegram Ostorozhno Novosti distribuyó una carta escrita por autores que exigían que los responsables por la derrota en Kharkiv se enfrentaran a consecuencias serias. Ostorozhno Novosti tiene más de un millón de suscriptores en Telegram y la distribución de este tipo de opiniones críticas del alto mando era terriblemente censurado en Rusia durante los primeros meses de la guerra. Parece que ahora las opiniones negativas son muchas para estar aplastándolas todas.
Lo curioso de este sector de la población es que las quejas no son anti-guerra, todo lo contrario, ellos exigen medidas más extremas para ganar. Su molestia no es la existencia de la guerra, ni el hecho de que miles de sus compatriotas andan muriendo en el frente sin razón lógica alguna. No, la molestia de esta gente es que no han ganado y parecen estar perdiendo.
Pero bloggers en Telegram son los únicos que quieren escalar el conflicto.
Las reacciones de políticos
En la sesión del pasado 13 de septiembre del Duma Estatal (el parlamento nacional ruso) el líder del partido ultranacionalista Rusia Unida, Mikhail Sheremet, declaró que para ganar en Ucrania se iba a necesitar recurrir a “mobilización general”.
Por su lado, Gennady Andreyevich Zyuganov, líder del Partido Comunista, también opinó que la mobilización general será la única forma de triunfar en Ucrania. Zyuganov incluso rompió uno de los tabúes que han estado girando en vuelta a la guerra en Rusia, la llamó una guerra.
Desde que la invasión comenzó, la forma “oficial” de referirse a lo que ocurre en Ucrania es “operación militar especial”. Llamarla una “guerra” va en contra del cánon oficialmente aceptado en Moscú, pero incluso puede resultar en una multa o encarcelamiento. Así de extrema es la máquina de propaganda y censura en Rusia.
El tema de la mobilización general también ha sido algo tabú en Rusia. Hay dos razones claras para esto: 1. Rompe con la narrativa de que es una “operación especial” en vez de una guerra, y; 2. Implica que el ejército profesional ruso no es suficiente para triunfar y se requiere que la población en general se dedique a la guerra.
Mientras que algunos aumentan su apoyo por escalar el conflicto y ordenar la mobilización general, otros se oponen de manera impensable en febrero.
La semana pasada, unos 19 concejales municipales de Moscú y San Petersburgo escribieron y publicaron una carta abierta exigiendo que Vladimir Putin renuncie a la presidencia, simultáneamente solicitándole al Duma que lo juzguen por traición. Inmediatamente, decenas de personas se unieron al llamado firmando sus nombres en la carta, un acto de considerable valentía si recordamos lo que le sucede a los oponentes del régimen ruso.
Los concejales fueron, supuestamente, informados por la policía que se estarán enfrentando a cargos penales por “acciones que agreden al gobierno ruso”. Se espera que se presenten ante tribunales para decidir sus futuros.
¿Ahora qué?
Claramente, el Kremlin se está enfrentando a una presión bastante elevada que los ataca de todos los frentes. Los opositores políticos critican la guerra, los ultranacionalistas critican el liderazgo y la censura de información, los políticos pro-Putin exigen medidas más fuertes para asegurar una victoria.
La temperatura en Rusia está acercándose a niveles bastante preocupantes desde el punto de vista del régimen en Moscú. Se suponía que la guerra iba a ser una buena campaña de propaganda, entrarían y en un par de semanas Kiev caería o por lo menos sería obligada a reconocer el Donbás y Donetsk como territorios independientes o cederlos a Rusia.
No fue así y ahora Rusia se ve más lejos que nunca de lograr sus objetivos iniciales. Aparentemente, las fuerzas rusas han rendido toda iniciativa operativa y el momentum está con Ucrania.
Mientras más aumente la presión, más chance hay que Putin tome decisiones desesperadas como el uso de armas nuclearas tácticas, como ha sugerido Girkin en el pasado, para forzar una crisis migratoria mayor que devaste a Ucrania. Una crisis migratoria como esta también tendría la consecuencia favorable a Rusia de quizás disuadir a los países europeos de seguir apoyando a Ucrania.
De todas formas, el uso de armas nucleares es una decisión de consecuencias inimaginables y casi imposibles de predecir. Ojalá las cabezas frías y razonables prosperen y la idea sea descartada por lo que es: una fantasía sangrienta sostenida por unos cuantos locos que creen que Ucrania es una amenaza existencial.
Mi esperanza aquí es que Rusia determine que la guerra ha sido demasiado costosa y extenderla no vale la pena. El problema es que Putin es orgulloso y sus secuaces son psicópatas y no permitirán tal final. Si Putin firma un acuerdo de paz con Ucrania sin obtener nada a cambio sus rivales olerán la sangre en el agua y tratarán de suplantarlo, pintándolo como débil. Esta es la tensión que el alto mando en Moscú tratará navegar, tomarán cada decisión considerando cómo pueden hacer para salvarse ellos mismos.
Mientras más pasa el tiempo, el resultado ideal para ellos es más y más complicado.
Será crucial monitorear la situación mientras nos acercamos más y más a diciembre y el fuerte invierno esperado.