Primero Justicia ha olvidado su propia historia
A pesar de una campaña nostálgica de Henrique Capriles recordando la elección de 2013, Primero Justicia parece haber olvidado la clave de su éxito.
El 25 de abril publiqué un post aquí donde escribí esto:
“Hay quienes aún piensan que si agachan sus cabezas y se quedan quietos todo estará bien. Hay quienes creen que si no desafían al poder nacional y solo compiten por municipios “seguros” todo estará bien. Hay gente que evita usar lenguaje fuerte al hablar del PSUV o evita mencionar a Maduro en sus comunicados mal escritos publicados en Twitter y creen que todo estará bien. Viven en una fantasía. Así como van por Guaidó irán por el próximo, así como anulan otros partidos anularán el tuyo.”
Eso lo escribí pensando (principalmente) en Fuerza Vecinal, quienes existen en un espacio con el cual están extrañamente cómodos. Mientras que por un lado publican sus comunicados sin garras tras cada acción autoritaria del gobierno, por el otro sus dirigentes hablan duro sobre los demás partidos de oposición. Fuerza Vecinal aprovecha el pasado de sus integrantes para darse el aire de legitimidad de oposición tradicional mientras también juegan la carta de ser una nueva “alternativa” a lo de siempre.
Lastimosamente, mientras pasa el tiempo, siento que el párrafo de arriba aplica más y más a Primero Justicia o, mejor dicho, aplica al PJ moderno que se deja arrastrar por el Henrique Capriles Radonski del 2023. Poco a poco, uno de los partidos más firmes en su oposición al gobierno del PSUV se ha vuelto una organización bastante complaciente que, escuchando y haciéndole caso a Capriles, han perdido el norte, dándole prioridad a “victorias” comunicacionales a costa del resto de la oposición en vez de dedicarse a fomentar el “reencuentro” que tanto (supuestamente) añora su precandidato presidencial.
Apariencias primero, realidad después
La verdad es que Primero Justicia parece haber adoptado una nueva personalidad bastante extraña, tiene garras cuando se trata de lidiar con la oposición pero se las guardan cuando se trata del gobierno. Bien es cierto que los integrantes de PJ, desde los activistas de calle hasta la dirigencia, critican al gobierno de Nicolás Maduro y al PSUV, pero el partido se ha ido arropando bajo el manto Caprilístico del apaciguamiento moderno.
Capriles parece retener esperanzas de ser el gran reunificador, el candidato que al fin va a lograr quedarse con los votos de los chavistas que están defraudados con Nicolás Maduro. En su objetivo de arrastrar votantes del PSUV, Capriles ha ido suavizando sus palabras al hablar de aquel partido o de las acciones del gobierno. Igual los critica claro, si no lo hace no habría razón para que la gente vote por él, pero siempre se cuida bastante. En múltiples ocasiones lo hemos visto ser “suave” con Maduro y sus lacayos, en lo que imagino es un intento de no molestar a las bases del PSUV por asociación.
Sin embargo, Primero Justicia es lo más “oposición tradicional” que se puede ser hoy en día y ellos reconocen esa realidad. Están claros que la gente está cansada de la oposición y por eso han buscado “reinventarse” para diferenciarse de los demás partidos. Los resultados son bastante tristes. No son logros concretos por encima del resto de la oposición para resaltar, no, lo que hacen es atacar a quienes deberían ser sus aliados para distanciarse de ellos.
La guerra interna
Primero Justicia le ha jugado en contra a la oposición en el pasado y tensiones han existido desde la fundación de la MUD pero desde diciembre del 2022 las cosas se han intensificado bastante.
Esta nueva ronda de guerra interna opositora comenzó el 21 de diciembre de 2022, cuando Juan Marquina, diputado de PJ en la Asamblea Nacional 2015, anunció que se estaría aprobando legislación para acabar con el interinato liderado por Juan Guaidó. No el gobierno interino en sí, solo la presidencia controlada por Guaidó y Voluntado Popular.
En Primero Justicia sabían que la gente estaba cansada del interinato, sabían que muchos acusaban a Guaidó de ser otro Maduro más y entonces decidieron aprovechar la oportunidad de asegurar una victoria comunicacional. Bien puede ser que la presidencia interina había alcanzado su vida útil hace rato y era hora de renovar, pero a PJ no le importó buscar una alternativa o solución nueva, solo querían joder a Guaidó y VP porque sabían que eso sería popular con algunos. Claro, no hubo mucho detenimiento para pensar en las consecuencias que podrían venir por esa movida.
El 25 de mayo, Yon Goicoechea de Voluntad Popular, comentó públicamente que hay “quienes” quieren entregar los activos en el extranjero a cambio de habilitaciones electorales. Eso fue icreíblemente infantil, una punta nivel bachillerato que es bastante común entre los políticos nacionales. Goicoechea no mencionó a PJ pero estaba claramente en la mente de todos los que vieron sus palabras.
Parece que en PJ también pensaron en su mismo partido con esas palabras ya que su presidente, María Beatriz Martínez, salió rápido a contestarle a Goicoechea, comparándolo a Diosdado Cabello por haber replicado sus palabras de unos días antes, aún dejando por fuera el nombre del partido.
En medio de aquel drama, Henrique Capriles atacó al medio en línea Monitoreamos por publicar un breve video de él hablando en una reunión virtual del Atlantic Council en el cual Capriles mencionaba que era hora de cambiar de estrategia, exigiéndole a Estados Unidos que es hora de “mover el tablero”. El tuit de Monitoreamos venía con algunas de las palabras que Capriles dijo en el video resaltadas, algo que no le gustó mucho al precandidato presidencial, que los acusó de ser igual que VTV al esparcir propaganda contra la oposición. Mentira, obvio, ya que si vemos el video podemos ver a Capriles decir las mismas palabras en el mismo contexto en el que las tuiteó Monitoreamos.
La respuesta de Capriles fue ampliamente criticada y Yon Goicoechea vio la oportunidad perfecta para ser la mejor persona y dejar las cosas pasar… mentira, se comportó como un niño e hizo lo que no le gustó que le hicieron a él, acusó a Primero Justicia de chavistas.
¿Olvidando la historia?
La narrativa electoral de Capriles ha estado férreamente enfocada en sus campañas presidenciales de 2012 y 2013, como vimos en aquel “documental” que publicó en YouTube. Para alguien tan enfocado en la nostalgia de hace una década, imaginaríamos que Capriles recordaría que su resultado electoral del momento no sucedió porque la gente era apasionadamente Caprilover. Tampoco se dio porque la mitad de Venezuela fuese militante de Primero Justicia.
El resultado de 2013 se dio porque una gran parte del país, seguidores de una amplia gama de partidos políticos, se unificaron para tratar de salir del PSUV. Los partidos de oposición lograron poner sus luchas internas en pausa por un momento, enfocados en el objetivo más grande, el verdadero: ganarle al PSUV.
Vale la pena preguntarse, de repetirse una foto como la de arriba, donde salen todos los candidatos principales agarrados de la mano felices, ¿alguien se lo creería?
Sería visto como hipócrita, una fachada transparente que nos permite ver la realidad fracturada atrás.
Primero Justicia jugó un rol clave en mantener unidad real en 2011-2013, a pesar de las dificultades que existieron, pero parecen haber olvidado esa parte de la historia. Capriles parece solamente recordar las marchas de millones y el apoyo casi unánime que recibió de los demás partidos opuestos al PSUV.
Capriles parece creer que él está destinado a ser presidente y que Venezuela se lo debe.
Es muy cierto que los demás partidos no se han comportado como ángeles, y PJ no es el único responsable de la falta de unidad actual. Pero cada vez más pareciera que PJ ha perdido el interés en lograr ese “reencuentro” nostálgico en el que basan toda su propaganda electoral actual.
Similar a como dije hace unas semanas sobre María Corina Machado, Primero Justicia no puede controlar las acciones de los demás pero sí pueden controlar las suyas. Ellos no pueden obligar a los demás a madurar y enfocarse en el objetivo, pero sí pueden madurar ellos y recordar el punto de todo esto.
Temo que las cosas se les estén yendo de las manos, hasta el punto donde quizás entorpezcan el ganador de la primaria en caso de no ser Capriles. Ojalá esté equivocado pero veremos bien pronto.