Osei Bonsu y las cargadas en el fútbol
El jugador ghanés Osei Bonsu fue expulsado del partido ante Academia Puerto Cabello por "provocar" a la barra visitante.
Antes de hablar de lo que pasó el día de ayer, creo que es útil recontar una historia legendaria.
Todos conocen la rivalidad entre River Plate y Boca Juniors, ambos equipos de Buenos Aires con historias muy similares y con grandes logros en la cancha que los han vuelto dos de los clubes más reconocibles del mundo entero.
El Superclásico, como se le denomina al encuentro entre ambos, ha creado algunos de los momentos más memorables en la historia del fútbol argentino y del deporte mundial. Así hemos tenido recuerdos como aquella vez hace 50 años que Ángel Labruna, técnico de River, entró a la cancha de Boca con su mano tapándose la nariz.
Cuando la prensa le preguntó a Labruna el por qué del gesto, el ídolo del Millonario contestó “¿No sienten el olor a bosta que hay acá?”.
“Bosta” significa excremento de ganado y desde ese momento quedó marcada como la palabra que usarían los rivales de Boca para referirse al equipo y a la hinchada xeneize.
¿Es una descripción injusta? Obviamente, pero ese no es el punto, no es más que una cargada al rival, o lo que aquí llamaríamos “joda”. El fútbol es tribal y ultra-competitivo, no es conocido por ser un hogar de amabilidad o cortesías extendidas, de ahí la famosa expresión “al rival ni agua”.
Esto no es un fenómeno argentino, ni venezolano y tampoco es un fenómeno del fútbol. Esto es mera consecuencia de las emociones elevadas que invoca el deporte competitivo.
Todo el que sea fanático de algún deporte lo ha hecho, ya sea sentado en la sala de su casa gritándole barbaridades al televisor o parado en las gradas, exigiéndole a los jugadores de tu propio equipo que “pongan huevos”.
Los mismos jugadores lo hacen para meterse en la cabeza del rival y afectar su desempeño, pregúntenle a Darwin Núñez lo que pasó la semana pasada con Joachim Andersen. El defensa danés del Crystal Palace pasó todo el juego molestando a Núñez y contestándole cada provocación, eventualmente logró su cometido y consiguió que el uruguayo perdiera la cabeza y fuera expulsado por una agresión inecesaria.
Hay varias cuestiones morales que valen la pena examinar: ¿está bien este tipo de cosas? ¿De estar bien, hay algún límite? ¿Cuál es la línea entre abuso y joda? ¿Qué deberían poder gritar los aficionados?
Claramente, podemos ver que este tema se extiende más allá del deporte y son preguntas válidas en todo tipo de aspecto de la vida común, sean interacciones en el colegio, con amigos o familiares, incluso en nuestros trabajos con nuestros jefes o colegas.
No es mi objetivo establecer una regla que distinga el abuso y la joda, pero creo firmemente que los insultos personales van más allá de lo aceptable. Cargarse a los jugadores por su raza, etnia, credo, nacionalidad, o situaciones familiares me parece inaceptable. Aquello va más allá del contexto del juego en sí.
Pero ir a callar a la hinchada rival cuando marcas a los 90 minutos después de que ellos llevan todo el partido gritándote, no creo que cuente como abuso.
A todas estas, espero que haya quedado claro que las cargadas son comunes en el fútbol y esto es algo que los periodistas deportivos conocen bastante. Entonces no entiendo por qué van y pretenden que nunca lo han visto.
El día de ayer vimos al atacante del Caracas FC, Osei Bonsu, marcar el segundo gol del Rojo para asegurar la victoria ante Academia Puerto Cabello. El gol de Bonsu fue a los 90 minutos y, por el contexto de la temporada del equipo, fue un momento de desahogo para él, los jugadores y toda la hinchada del Caracas.
Bonsu salió corriendo detrás del arco, acompañado por Manuel Sulbarán y Jefferson Martínez, a la grada Norte para silenciar a la barra de Puerto Cabello. Bonsu se quitó la camisa, se la mostró a la afición visitante, los mandó a callar y gestionó hacia sus, pues, sus bolas.
¿Está bien lo que hizo Bonsu?
Yo no le veo lo malo. Es parte del espectáculo del deporte, así como las barras son parte también. No creo que lo que hizo ameritaba otra amarilla (a parte de la amarilla que sí le corresponde por quitarse la camisa). Pero más allá de lo que hizo Bonsu, me parece absurda la reacción de algunos periodistas.
¿Sancionado por un largo tiempo? ¿Por ir a callar a la barra de Puerto Cabello?
“Muy lamentable”.
Personalmente, me consta el trabajo serio que han dedicado Klon Pérez y Elías López al fútbol venezolano pero creo que aquí han pecado de moralistas excesivos. Actúan como si nunca han visto algo similar y pretenden que es algo gravísimo.
En el partido de local ante Hermanos Colmenárez por la Jornada 23, los jugadores del conjunto barinés celebraron el gol de la victoria de Juan Camilo Zapata acercándose a la grada Sur del Estadio Olímpico de la UCV.
Ahorita no recuerdo quién fue, ni he logrado verlo en las imágenes de la transmisión, pero un jugador del equipo visitante le gritó a los hinchas del Caracas en la grada. Recuerdo muy bien el hecho porque estaba en total silencio tras el golazo de Zapata y la provocación de su compañero me molestó bastante. Aún así, yo no quería que lo amonestaran ni que lo sancionasen por varias fechas. Para nada, a mi parecer su actuación es parte del espectáculo, así como nuestros cantos también son parte del show deportivo.
Dicho eso, creo que lo más insultante de todo es que hay acusaciones de que la barra de Puerto Cabello había estado gritando insultos racistas hacia los jugadores africanos de Caracas. Esto es inaceptable y le agrega otro nivel de contexto importante a la reacción de Bonsu.
En caso de ser cierto que la barra visitante estaba lanzando abuso racial, es aún peor ver a varios periodistas reclamarle a Bonsu su forma de celebrar.
Es importante que la Liga investigue los hechos y aplique las sanciones relevantes a las que haya lugar en caso de ser necesarias. Es un momento importante para marcar precedente para futuros torneos.
Ojalá las acusaciones sean tomadas en cuenta y también se le ponga ojo a la actuación del árbitro principal que dejó mucho que desear a lo largo de todo el encuentro.