Maduro, su crisis de popularidad y las elecciones de 2024
Algunos pensamientos de las campañas electorales y el largo camino aún por recorrer.
Hace bastante tiempo escribí este artículo en Caracas Chronicles hablando sobre la grave crisis de popularidad que enfrentaba (y sigue enfrentando) Nicolás Maduro. Se que Venezuela no es una democracia pero es un error pensar que solo por ser autocrático al gobierno no le importa o no le interesa ser popular. La realidad es que, por más autocrático que sea nuestro país, a la élite gobernante aún le interesa la democracia y, en caso de no ser suficientemente populares como para ganar una elección libre, les importa mucho así sea la mera apariencia de democracia.
¿Por qué?
Bueno, lo primero es que ser popular hace que gobernar sea más fácil. Si eres popular la gente tiende a hacerte caso, si eres popular tienes chance de ganar una elección en vez de arriesgarte a robártela, si eres popular tus rivales tienen menos apoyo.
No debemos confundir nada de esto con que al gobierno le importe lo que quiere la gente. Obviamente no les importa, eso queda evidenciado en que, a pesar de 25 años de fracaso, siguen atornillados en el poder y han hecho todo tipo de maniobra para asegurar que eso sea así. Desde periódicamente purgar las Fuerzas Armadas, a la persecusión de miembros de partidos políticos, la intervención e ilegalización completa de organizaciones políticas, las inhabilitaciones a quienes se atreven a enfrentarlos, el fraude cometido por medio del TSJ para despojar a la Asamblea Nacional de sus poderes legislativos en 2017, etc., etc.
La lista es casi eterna a estas alturas y es un gran recordatorio de una profunda realidad: nadie los quiere.
Bueno, la realidad es más que nadie quiere a Nicolás Maduro específicamente. En aquel artículo de Caracas Chronicles que mencioné al principio hablé sobre cómo Maduro es un riesgo real y latente a la supervivencia y éxito del PSUV como fuerza política hacia el futuro. Maduro es la cara del partido, es la imagen del gobierno, es quien ha tomado las decisiones por la última década, una década que tan ruda ha sido para los venezolanos. La gente no olvida estas cosas fácilmente.
Por eso genuinamente pensé que algunos de los chavistas cercanos a Maduro podrían considerar sustituirlo en la próxima elección presidencial. Quizás cambiarlo por alguien “fresco” o más popular con el fin de asegurar la permanencia en el poder. Aún sospecho que la purga de marzo del 2023 va por ahí, no digo que Tareck El Aissami haya sido la amenaza que Maduro enfrentaba pero quizás era una ficha importante para las aspiraciones presidenciales de alguien más. Claro, todo esto último es especulación y quizás nunca sepamos cual fue el raciocinio completo para un día arrestar a ladrones que ellos sabían que robaban desde hace años (y a quienes se les permitió seguir).
A todas estas, parece que Maduro no será reemplazado y el PSUV tendrá que enfrentar las elecciones con uno de los peores candidatos que les pudo haber tocado.
A lo largo de las últimas semanas hemos visto más y más eventos de campaña de todos los bandos que participarán en la elección de julio pero son aquellos liderados por María Corina Machado que han resultado más impresionantes. El mes pasado, por ejemplo, Machado recorrió varios municipios del estado Portuguesa donde fue recibida por públicos multitudinarios que nos dejaron varias fotos memorables.
Como ha escrito Rafael Uzcátegui para Caracas Chronicles, imágenes como estas son un recordatorio de cómo las bases chavistas se han ido erosionando en los últimos años. También es importante recordar que estos eventos no están ocurriendo en pequeños municipios tradicionalmente de oposición, están dándose en tierras que han sido típicamente chavistas.
Portuguesa ha sido gobernado por un político del chavismo de forma ininterrumpida desde el año 2000 pero las calles se volcaron en apoyo a Machado y Edmundo González Urrutia. Lo mismo sucede con Trujillo, gobernado por un chavista desde que Gilmer Viloria inició su primer mandato en el año 2000 pero que nos ha dejado fotos como esta:
Estas fotos no vienen de un solo evento tampoco, los mítines se han vuelto casi incontables y todos nos siguen dejando imágenes altamente esperanzadoras de un posible cambio. Otro factor positivo que es importante resaltar es que los políticos y partidos de alto perfil de la oposición se encuentran unidos en mensaje y propósito. Así hemos visto a Henrique Capriles haciendo campaña para Edmundo González, a César Pérez Vivas recorriendo Táchira, a Voluntad Popular tuiteando en defensa de Machado como si fuese militante suyo y a Manuel Rosales reuniéndose con Edmundo González en apoyo de su candidatura. Por los momentos, nadie está jodiendo.
Por su parte, al chavismo le parece estar costando organizar eventos con asistencia similar, con el único que considero impresionante hasta ahora siendo la visita de Diosdado Cabello a Sabana de Mendoza, Trujillo el pasado 9 de mayo. El PSUV también ha ido organizado marchas en Apure, Barlovento y algunos municipios de Sucre pero con resultados que difícilmente pueden compararse al éxito que ha tenido la oposición.
Algunos de estos eventos son hasta dignos de burla con la marcha chavista en Casanay, Sucre siendo denominada “la marcha más extraordinaria de todos los tiempos” por el partido de gobierno, una exageración balurda si vemos las fotos publicadas:
El propio Maduro no ha tenido mucho éxito por su cuenta, organizando una pequeña recepción en Los Teques hace unos meses para la transmisión de su show de televisión. Maduro también ha visitado los estados de Apure y Anzoátegui pero las imágenes que nos dejan los mismos medios chavistas no hablan muy bien de su poder de convocatoria personal.
El PSUV parece tener mayor capacidad organizativa para eventos que han celebrado en rechazo a las sanciones que en apoyo a su candidato electoral.
Mientras que todo esto resulta ser bastante esperanzador hay que recordar que este gobierno hará lo que pueda para permanecer en el poder. Dudo mucho que Maduro no esté conciente de la realidad electoral, razón por la cual han creado tantos obstáculos para una elección seria como la inhabilitación de Machado y la no-inscripción de Corina Yoris. No dudo que todo nivel de trampa sigue siendo preparado pero es muy buena señal que estamos viendo a la oposición unida y, poco a poco, más preparada para los desafíos que vienen.
Personalmente espero de todo, desde que acusen a Edmundo González de planificar un magnicidio a que el CNE termine moviendo las elecciones a diciembre con la esperanza de que se enfríe el fervor opositor.
Queda un larguísimo camino por recorrer pero, por ahora, la oposición parece estar recorriéndolo de la mejor forma posible.