Los cálculos políticos matan los principios
El gobierno de Estados Unidos estará calculando cuáles acciones llevarán a un mejor resultado en las elecciones legislativas de 2022, todo lo demás es secundario.
La política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela ha sido increíblemente errática y su “estrategia” reciente es bien penosa.
Las elecciones presidenciales de 2018 fueron altamente criticadas por las irregularidades presentes. La Asamblea Nacional Constituyente había (ilegalmente) ordenado la celebración de las elecciones fuera del calendario electoral, adelantándolas de diciembre para abril y que terminarían celebrándose a finales de mayo.
Gran parte de la oposición política se negó a participar, dejando a Henri Falcón y Javier Bertucci (lol) como los únicos candidatos “importantes” para enfrentar a Maduro.
El resultado era obvio y el anuncio emitido por el Consejo Nacional Electoral que declaró a Maduro como ganador no sorprendió a nadie. Pero la oposición tenía una estrategia que consistía en más que la mera abstención. Ellos esperarían a enero de 2019 y declararían la falta absoluta del Presidente, instalando así al Presidente de la Asamblea Nacional- el joven Juan Guaidó- como Presidente de la República. Las consideraciones que justificaron esta decisión fueron más políticas que legales, hace unos meses escribí sobre ello para The Explorer, pero la oposición tenía además un gran aliado: los Estados Unidos de América.
El gobierno Washington, D.C. era parte de la jugada y apoyarían la movida reconociendo a Guaidó como Presidente Encargado e imponiendo fuertes sanciones al petróleo venezolano. Dichas sanciones se escalarían poco a poco, juntándose con sanciones previas y futuras, hasta volverse un mar increíblemente complicado de navegar.
El objetivo de Estados Unidos era claro: remover a Maduro del poder e instalar a Guaidó como Presidente Encargado hasta que se celebrasen nuevas elecciones.
Pues no funcionó y aquí estamos, tres años después, con Maduro aferrado al poder y con una oposición rota y que atraviesa una crisis de liderazgo y popularidad como se demostró en las elecciones regionales de 2021.
Pero, encima de fracasar en su estrategia, ahora Estados Unidos envía funcionarios de alto nivel a reunirse con Miraflores en Caracas, buscando comprar petróleo venezolano para aliviar el golpe económico producido por la invasión rusa a Ucrania y las posteriores sanciones sobre aquel país. Esto es, evidentemente, contrario a la estrategia que venía ejecutándose. Entonces, ¿qué pasa ahora?
Prioridades
En teoría, el principal propósito (para algunos el único) del gobierno de los Estados Unidos es la protección y la asistencia de su propia población. Todas las demás consideraciones son secundarias.
La Casa Blanca reconoce que las acciones de Rusia, y las posteriores sanciones, tendrán consecuencias que pesarán sobre el bolsillo de los ciudadanos estadounidenses. La principal forma en la que se manifiesta esto es en el precio del gas y la gasolina. En solo una semana, el precio de la gasolina se ha disparado un 11% en las estaciones de servicio americanas, mientras que el gas natural ha estado sumamente volátil desde el inicio de la invasión rusa.
Washington, D.C. buscará aliviar estas consecuencias buscando sustitutos al petróleo ruso y es ahí donde entra Venezuela. Pero para que el petróleo venezolano entre al mercado será necesario remover una serie de sanciones que recaen sobre Petróleos de Venezuela, S.A. lo cual llevaría directamente a una infusión de liquidez al gobierno de Maduro, permitiéndoles un descanso de las sofocantes sanciones.
Esto traiciona la estrategia y postura hacia Venezuela de los últimos años, pero como dije, ahorita lo que importa es aliviar la situación doméstica, todo lo demás es secundario.
Victorias políticas domésticas > política exterior
Inicié la sección anterior estableciendo el principal propósito (en teoría) del gobierno de Estados Unidos. Es importante aclarar que los propósitos de los gobiernos no coinciden siempre con los propósitos de quienes gobiernan.
Hay un problema que he notado en los análisis de geopolítica: una tendencia a pensar que los países actúan como robots o piensan como el “analista” en cuestión. Cualquier análisis debe, necesariamente, recordar que los países no son ni robots ni una persona. Las naciones son organismos complejos, gobernados por una serie de individuos que tienen sus propias ambiciones y objetivos los cuales no siempre se alinearán con el fin público del país al cual representan. En pocas palabras, lo que quiero decir es que Joe Biden y su partido Demócrata quieren mantener y expandir su poder. Esto es obvio y es un fin de todos los políticos y todos los partidos.
A veces, los analistas le ponen mucho peso a los objetivos públicos de los países, sin darle suficiente atención a la motivación de los individuos que están en las posiciones para tomar decisiones reales. Bien es posible que a Biden le importe Venezuela, también es posible que no o que le importe menos que su propia posición política. Me inclino por lo último y extiendo dicha conclusión a Donald Trump, Barack Obama, etc.
¿Qué evidencia tengo para esto? Pues, las acciones que conforman la “estrategia” de Estados Unidos hacia Venezuela. Digo “estrategia” precisamente porque dudo que exista un plan serio y pensado. Mas bien, creo que lo que hemos visto son decisiones aisladas para aumentar las posibilidades de resultados electorales favorables. Donald Trump ordenó las sanciones en 2019 y apoyó a Guaidó porque le convenía a él mismo. Le convenía porque arrastraría a su favor a electores venezolanos y otros electores hispanos. La estrategia le funcionó y, a pesar de no ser suficiente para ganar, el número de electores hispanos que votaron por Trump aumentó considerablemente.
Trump ganó 10 puntos entre electores hispanos entre las presidenciales de 2016 y 2020, además de eso, hay un aumento considerable en apoyo por los Republicanos entre hispanos desde las elecciones legislativas de 2018 y las presidenciales de 2020. Los hombres hispanos migraron hacia Trump de 27% en 2018 a 40% en 2020, las mujeres hispanas migraron desde 23% en 2018 a 37% en 2020.
Similarmente, Biden calcula que bajar los precios del petróleo es su objetivo principal para que su partido no sea castigado en las elecciones legislativas de este año. Pero, esta decisión tendrá consecuencias, particularmente entre los electores venezolanos y los demás hispanos quienes lo verán como una traición y una legitimación del régimen de Caracas, sin mencionar a los demás electores que se molestarán al ver a su gobierno negociar con una dictadura. Entonces, ¿por qué se toma la decisión? Es posible que, viendo los números de 2020, analistas del partido Demócrata consideren que el sur de la Florida (donde vota una gran porción de hispanos) está perdido y no vale la pena invertir recursos en recuperar esos electores en este momento. Ese análisis puede considerar que hay campos de batalla más importantes en el resto del país que pueden ser ganados con una exitosa reducción en los precios de la gasolina.
Críticamente, el “gobierno interino” presidido por Juan Guaidó no estuvo presente en la reunión entre Estados Unidos y Maduro. Juzgando por la falta de un comunicado preparado con anticipación, parece que tampoco sabían que iba a llevarse acabo la reunión. En momentos de crisis, los oficiales electos buscan salvarse a si mismos, todo lo demás es secundario, especialmente en años de elecciones.
Dudas éticas
Encima de lograr su objetivo electoral en 2022, Biden quizás considere que esta es una buena oportunidad de separar a Venezuela de Rusia. La economía rusa se está desplomando a causa de su patética guerra de agresión y las sanciones económicas a las cuales se enfrentan como consecuencia. El resultado inmediato para Maduro es que no podrá contar con la asistencia financiera que Rusia podía proveer anteriormente y La Casa Blanca entiende esta realidad. Si Maduro pierde a Rusia como soporte financiero entonces tendrá que buscar más aliados y socios. Esto está bien complicado ahora pero con el levantamiento de sanciones será mucho mas posible. Pero Estados Unidos querrá algo a cambio, no será solamente petróleo.
La agencia de noticias Reuters reportó que Estados Unidos le exigió a Miraflores elecciones presidenciales libres entre las demandas que requieren para levantar sanciones.
Por décadas, Estados Unidos se ha vendido como un país pro-democracia al nivel global. La democracia es la “marca” de Washington, D.C. y la política exterior de la nación siempre ha reflejado (en cierta medida) la importancia que se le da a dicha postura. Sin embargo, como dije anteriormente, los objetivos personales de los gobernantes siempre vendrán primero y todo lo demás pasará a segundo plano. Si la Casa Blanca considera que lo más importante es reducir el precio de la gasolina entonces harán todo por lograrlo. Estados Unidos podría verse yendo a Irán, Venezuela y su aliado Arabia Saudita para alcanzar este propósito. Pagarán un precio por negociar con regímenes autoritarios pero si el cálculo revela que aún así ganarán en las elecciones entonces ese es el camino que se tomará.
Los principios no se relajan según conviene, si se hace entonces dejan de ser principios y las acciones de los gobernantes de Estados Unidos han demostrado, una y otra vez, que la conveniencia política gana al final.
Esta hipocresía de decir ser pro-democracia para luego negociar y favorecer dictaduras no es nueva. Estados Unidos lleva años asistiendo a Arabia Saudita con su guerra criminal en Yemen y asegurando que el régimen en Egipto tenga siempre su arsenal lleno de armas.
Los principios son víctima de la conveniencia política.
Solo el tiempo y los cálculos electorales realizados tras bambalinas serán suficiente para decir si el principio se relajará en esta ocasión. Ojalá las acciones de Estados Unidos favorezcan a su pueblo y a los venezolanos, pero esto ya es un deseo mío y no será necesariamente real.
Lecturas interesantes
US Officials Travel to Venezuela, a Russia Ally, as the West Isolates Putin (en The New York Times)
Esta pieza es bastante importante en relación al acercamiento de Estados Unidos a Miraflores y los asuntos que fueron conversados el sábado 5 de marzo.
Francisco J. Monaldi (en Twitter)
Esto es un hilo en Twitter escrito por el economista venezolano Francisco J. Monaldi. En los últimos días, Monaldi ha comentado varias piezas de reportaje y opinión en relación al tema discutido en esta publicación y las ha compartido en su cuenta. Vale la pena echarle un vistazo.
Sanciones y Sancionados 2008-2021 (en Vendata)
Esta es una increíble base de datos donde se recopilan las sanciones aplicadas a individuos y compañías venezolanas, así como el motivo de la sanción, fecha de la misma, país sancionador y otros datos de interés.