La Jerarquía de Necesidades de Venezuela y las falsas dicotomías
La recuperación económica nacional y el matrimonio igualitario no son temas antagónicos, no hay que elegir uno o el otro.
Mientras más cerca estemos de la primaria opositora veremos mayores intentos de los precandidatos de diferenciarse entre ellos, con la forma más fácil de diferenciación siendo una que muchos han evitado desde hace rato: establecer posiciones ideológicas específicas sobre temas de interés social y esclareciendo prioridades.
Ya en las últimas semanas hemos visto un auge de entrevistas otorgadas por precandidatos a medios como Politiks o Efecto Cocuyo, donde conversan sobre diversas posturas como política económica y perspectivas sociales. Este aumento en la cobertura de las posiciones ideológicas de cada participante, aunado a su mayor disposición de asentar posturas firmes, llevará a más conversaciones entre quienes siguen interesados en la política nacional.
No llevará a mejores discusiones, necesariamente, pero por lo menos tendremos más material con qué trabajar cada vez que alguien quiera discutir los posibles méritos o fallas de sus candidatos preferidos o más odiados. La calidad de las discusiones dependerá de quienes las tengan.
De todas formas, el país volverá a debatir públicamente sobre los desafíos que enfrenta y las prioridades para resolver en el futuro cercano, creando poco a poco una jerarquía de necesidades nacionales que deben ser atendidas en la “recuperación” del país.
Esta jerarquización de necesidades típicamente se elabora por medio de eliminación simple: enfrentando a dos asuntos entre ellos y declarando un ganador mientras se descarta el otro. Lo común en esta forma de análisis es que conlleva una presunción central intrínseca: los temas siendo discutidos son opuestos por naturaleza y por ende uno gana mientras que el otro debe conformarse con esperar para después.
El ejemplo más común de todo esto lo vemos cuando alguien habla sobre el matrimonio igualitario en Venezuela. Cada vez que esto se menciona veremos argumentos en contra que varían altamente en calidad y en propósito pero, sin falta, veremos el típico “hay cosas más importantes ahorita” o “¿de verdad te preocupas por eso mientras hay gente pasando hambre?”.
A veces, quienes hacen estos argumentos genuinamente creen que la dicotomía existe y es necesario resolver la situación económica o de inseguridad primero. Otras veces es un argumento utilizado para esconder lo que la persona realmente piensa (“el matrimonio es entre hombre y mujer”), evadiendo la responsabilidad que conlleva dar una respuesta firme y seria. Incluso, a veces hasta suena bastante convincente, como aquí:
Es cierto que sería un grave error descartar asuntos básicos como controlar la inseguridad o recuperar salarios dignos pero dudo mucho que haya gente seria que proponga eso. Estoy dispuesto a admitir que puedo estar equivocado pero nunca he visto a alguien decir “Lo primero que tenemos que hacer es aprobar el matrimonio igualitario y luego arreglamos PDVSA.” Nunca lo he visto, lo que veo es lo opuesto, personas que no tienen problema con abandonar temas sociales para enfocarse primero en los asuntos básicos que afectan a la mayor cantidad de personas.
Esto parece sonar razonable, mejorar dedicar esfuerzos hacia mejorar las vidas de la mayoría primero pero el problema es que no tiene que ser así, aquí es donde está la dicotomía falsa.
No hay que elegir entre debatir un asunto social o recuperar la economía, podemos hacer ambas cosas al mismo tiempo.
Los gobiernos siempre se encargan de múltiples deberes y responsabilidades en simultáneo, afirmar lo contrario sería mentira. Mientras más nos acerquemos a las elecciones la gente volverá a debatir sobre qué nos importa más como sociedad y a qué debemos darle prioridad. En estos momentos tendremos que tener cuidado con quienes nos quieren vender dicotomías falsas.
No me refiero a temas como si PDVSA debe permanecer una compañía pública o debería pasar a manos privadas, evidentemente esto sí es una dicotomía real, aquí las opciones son excluyentes entre sí (aunque siempre se podría hacer una mezcla!). La recuperación de la infraestructura dañada/abandonada no es contrario a las reformas laborales, así como avances legislativos en temas de salud no son excluyentes de medidas climáticas.
Hay que tener cuidado con los argumentos que sugieran que dos temas son 100% excluyentes y hay que sacrificar uno entero, esto rara vez ocurre.
Límites reales
“Pero, los recursos son finitos, ¿no?”
Sí, el dinero (debatible), el tiempo y las oportunidades son finitas, por lo cual a veces sí habrá que elegir entre la multitud de temas de interés que competirán por nuestra atención y recursos.
Si tenemos solo $15.000 y queremos construir un puente y un hospital, bueno, lo más probable es que tengamos que tomar decisiones sobre qué proyecto se sacrificará por el otro.
Pero los argumentos sobre las limitaciones presupuestarias y financieras son propios de aquellas propuestas o asuntos donde se espera que el gobierno saque dinero de su bolsillo (el nuestro) para dedicarlo a un tema en específico. La construcción de infraestructura, por ejemplo, implica el consumo de recursos reales que no pueden ser mágicamente inventados y que costarán dinero y tiempo, pero lo mismo no aplica cuando estamos hablando de temas sociales.
Las dicotomías falsas tienden a ser utilizadas, como mencioné arriba, de forma engañosa cuando se trata de estos temas. “¿Cómo vas a enfocarte en si los gays se pueden casar cuando hay gente muriéndose de hambre?” Estas dos cosas no son excluyentes, no hay que elegir una o la otra. Nadie (nadie serio) está pidiendo que destinemos todos los recursos del Estado hacia la organización masiva, pública y gratuita de bodas gays en Chacao. La gente que quiere que se hable del matrimonio igualitario meramente pide su aprobación legislativa (que conlleva modificaciones al Código Civil vigente y la Constitución de 1999).
No tomaría todos los recursos del Estado, ni siquera tomaría una porción significativa. Lo único que tomaría sería la disposición y voluntad política para tratar el tema en la Asamblea Nacional.
“Pero eso es tiempo que podríamos estar utilizando para arreglar la economía en vez de hablar de los ga-” La economía no se va a arreglar en una sesión de la Asamblea, ni siquera se arreglaría un poquito.
“¿Y la gente que quiere el aborto? ¡Siempre dicen que debe ser gratis!”
Por disposición constitucional, la salud en Venezuela es pública, por lo cual sí podrían exigirse abortos “gratis” en caso de aprobar el procedimiento en casos meramente voluntarios, sin la existencia de precondiciones adicionales. Pero el aborto en Venezuela merece una conversación seria, abierta e informada, no que la gente conteste con el típico “hay cosas más importantes”.
Responder así ante cualquier asunto social de interés público no contribuye hacia construir una mejor Venezuela, tampoco enriquece el debate ni informa al público, lo único que hace es evadir el asunto real. Con evasión de conversaciones serias no llegaremos a ningún lado.