La honestidad y el realismo para motivar el voto
Terminado el primer debate entre precandidatos de la oposición, es importante recordar que ser honestos sobre la dificultad del camino es crítico para motivar al voto.
Hoy fue el primer debate entre precandidatos presidenciales que he visto en Venezuela ya que, hace 12 años, yo no estaba tan interesado en la política como para ver aquel debate televisado de los candidatos de la MUD.
Para muchos, los debates entre precandidatos de un mismo partido o plataforma son una ocurrencia común. En Estados Unidos, por ejemplo, se acostumbra celebrar varios debates previos entre quienes aspiran ser el abanderado de cada partido. Estos debates tienden a enfocarse en qué hace mal el gobierno actual y qué haría cada precandidato distinto en caso de ser electos presidente. Sin embargo, más allá de las discusiones de políticas públicas que cada uno implementaría, o los cambios legislativos que cada precandidato prefiere, existe un elemento importante que cada partidario quiere escuchar: ¿cómo sabemos que tú serás el indicado para vencer al candidato rival?
¿Cuál fue la principal razón por la cual muchos Demócratas terminaron eligiendo a Joe Biden como su candidato para la elección de 2020? No fue porque Biden fuese el más innovador o el precandidato más interesante. Fue porque Biden era quien tenía más chance de ganarle a Trump. En el caso de Estados Unidos, muchos buscaban volver a la “normalidad” de la era pre-Trump, la política status quo del establishment, y eso era lo que Biden representaba para ellos. Quizás Biden no iba a progresar los asuntos específicos que cada persona quería ver avanzar pero él, a diferencia de los demás, iba a poder sacar a los Republicanos de la Casa Blanca.
Venezuela es muy distinta a Estados Unidos pero aquí, similarmente, vamos a necesitar que el precandidato de la oposición sea el que tenga más chance de sacar al PSUV de Miraflores lo que implica, necesariamente, que estemos dispuestos a apoyar a alguien que quizás no sea nuestro candidato ideal. Por eso, más allá de votar por quien sea que se parezca más a mi ideológicamente, votaré por quien sea que logre demostrar que son la mejor opción para sacar al PSUV de Miraflores en medio de una dictadura compleja.
Por esto, lo primero que tienen que demostrar los precandidatos es una visión clara de la situación nacional y un plan honesto para lidear con la magnitud del desafío al que se enfrentan.
Foco central
Como mencioné arriba, mi prioridad electoral hoy es ver quién parece ser el precandidato más capaz de vencer al PSUV y todas las trampas que pondrán en el camino porque, confíen, habrán muchas.
En mi opinión, lo más importante es recuperar la democracia y eso necesariamente conlleva la remoción del PSUV del poder. En democracia, si no me gusta el presidente, voto por alguien más y ya. Bajo el régimen actual esto simplemente no es una posibilidad. Por eso la redemocratización debería ser el foco central de cualquier campaña electoral, presentando de forma clara y concisa el plan para enfrentar a la dictadura en 2024.
Por eso fue bastante bueno ver a los precandidatos opositores hoy recordarle a todos que el régimen de Nicolás Maduro es un gobierno autocrático indispuesto a jugar el juego democrático. Algunos se dedicaron a hacer precisiones académicas más específicas. Tamara Adrián, por su cuenta, deambuló bastante sobre qué llamar al gobierno yéndose por una tangente que parecía ser improvisada ahí mismo en el escenario. Otros como Delsa Solórzano, María Corina Machado y Andrés Caleca fueron más claros.
Solórzano recordó las violaciones de derechos humanos, los presos políticos y la torturas mientras que Caleca le recordó a la audiencia que el régimen de Maduro está más que dispuesto a usar las armas para retener el poder. Freddy Superlano mencionó que está claro que 2024 no será una “elección convencional” mientras que Andrés Velázquez resaltó que viene una lucha complicada.
Al decir que el gobierno está dispuesto a quedarse por la fuerza, Caleca mencionó que— a diferencia de las armas— el gobierno no cuenta con el apoyo popular necesario para ganar una elección, ratificando su creencia en la victoria electoral al comentar más adelante que “seremos demasiados” los que votemos para remover a Maduro. Esto se parece bastante a lo que decía Henrique Capriles Radonski sobre “ganar por nocaut”, en cuanto a que suena igual de idealista y fantasioso.
El mismo Caleca dijo que el gobierno tiene las armas y están dispuestos a usarlas, entonces ¿ahí qué hacemos?
No quiero que se me malinteprete, sin duda tenemos que ir a votar en contra del PSUV, esa es una realidad que me queda muy clara. Bien es posible que con una victoria electoral suficientemente grande el gobierno fracase en robarse la elección y tengan que irse. Esto lo expliqué en un artículo de mayo que pueden leer aquí:
Sin embargo, para lograr esa victoria popular es necesario que la gente vaya y vote por la oposición. Recordemos que la falta de apoyo a Maduro no significa que existe muchísimo apoyo por el candidato de la Plataforma Unitaria. La gente está cansada y desmotivada y hay que volver a convencerlos de la importancia de votar. Hay que construir esa mayoría.
Para eso hay que ser honestos, nadie va a poder sentarse y decir “tranquilos muchachos, tenemos millones de votos más que Maduro, esto se gana solo”. Hay que decirle a la gente que el gobierno tratará de joder en cada oportunidad. Si la oposición logra motivar a la gente van a venir más inhabilitaciones y mayores arbitrariedades. Esto es algo que no parece quedarle 100% claro a Andrés Velázquez porque, a pesar de haber dicho que el camino es difícil, está en contra de establecer un plan sucesoral en caso de inhabilitaciones.
Hay que ser coherentes
Esto fue algo en lo que insistió Delsa Solórzano al decir que la oposición ha cometido el error de no ser clara con la gente. Superlano contribuyó a la idea mencionando que la oposición ha cambiado de estrategia tantas veces que las personas han quedado confundidas sobre cuál es el plan.
Hay que mantener la coherencia con una estrategia clara pero para eso hay que establecerla de una. La única forma en que la oposición va a lograr motivar a suficientes personas como para “ganar por nocaut” va a ser siendo honestos y coherentes.
Machado dijo que esta vez sí vamos a ganar porque esta vez es distinto. ¿Por qué? ¿Distinto cómo?
No lo dejó claro. Los precandidatos tendrán que sentarse a hablarle a la gente y decirles “Mira, es importante que todos vayamos a votar porque así es que se le pone presión a este régimen poco popular. Ellos harán todo para quedarse, irán con trampas, inhabilitaciones, persecuciones, detenciones y quizás hasta intervengan la primaria pero nosotros vamos a seguir firmes todos en este camino electoral con un solo candidato. El día de las elecciones, quizás se las roben, si eso pasa lo denunciaremos todos y saldremos a la calle unidos a protestar pacíficamente. Es probable que ellos respondan con la violencia pero si somos suficientes y ellos pierden la elección existe una posibilidad real de que no puedan quedarse”.
Se que ese mensaje es difícil de comunicar y no será suficiente para convencer a todos de ir a votar pero es mucho mejor que vender fantasías donde ganamos la elección y ellos se van y ya. No hablar de los aspectos más difíciles de recuperar la democracia (como un posible fraude del gobierno) solo contribuirá a generar desconfianza.
La gente dirá “¿ah bueno y estos gafos inhabilitados qué pretenden? ¿Qué pasará si el gobierno se roba las elecciones?”. Si la oposición no está dispuesta a hablar de estos temas de forma clara y frontal entonces no se obtendrán los votos necesarios para lograr el primer paso que sería ganar la elección. Sin ese primer paso no vamos al segundo: cobrar.
Honestidad, coherencia y alta participación electoral son temas conectados
El régimen es el principal desmotivador del voto. En 2017, tras una victoria electoral aplastante en la Asamblea Nacional el gobierno fue y se inventó otra Asamblea, efectivamente robándose el resultado. En 2018, la Asamblea Nacional inventada fue y convocó (ilegalmente) elecciones para las cuales estaban inhabilitados todos los candidatos realmente opositores. En 2021 al PSUV le molestó perder Barinas entonces se robaron la elección ordenando una nueva, aunque esto no les salió exactamente como querían.
¿Cómo motivas a la gente después de todo esto?
Bueno, con hechos. Chávez venció a Capriles en 2012 con 8.191.132 votos; en 2013, Maduro ganó con 7.587.579; en 2018, Maduro obtuvo 6.245.862; en las elecciones regionales de 2021 el PSUV no alcanzó ni cuatro millones en total. Hubo más votos en contra que a favor.
“Este gobierno no es popular” es una frase repetida y repetida, volver a usarla en un vacío no va a contribuir a motivar a la gente porque ya la han escuchado una y otra vez. A la gente hay que motivarla con la realidad. El gobierno la tiene complicada, no llegaron ni a cuatro millones de votos en 2021, este año confesaron que sus aliados cercanos se robaron una cantidad absurda de dinero de PDVSA y, por segundo año consecutivo, el salario mínimo sigue estancado.
Las cosas sí son distintas pero sentarse a repetir las mismas frases del pasado no nos llevarán a un lugar distinto. Hay que se directos, precisos y honestos con lo que viene.
En el post de la semana pasada mencioné que esta semana escribiría sobre aquel temido escenario del fraude electoral. Sigo trabajando en ese post pero dudo que esté listo de aquí al viernes, quizás salga el fin de semana o temprano la próxima. El tema es increíblemente interesante y, como dije en este artículo, crítico para la elección de 2024.