La brecha comunicacional
El gobierno es bien creativo en las comunicaciones políticas, sin embargo, quizás la ventaja no sea tan útil en 2024 como podemos creer.
El pasado 12 de marzo, Cazadores de Fake News, grupo dedicado a la evaluación de información sobre Venezuela esparcida en redes sociales, publicó un artículo que traza la interconexión de varias cuentas en Instagram y Twitter que se dedican a impulsar contenido y propaganda política de forma coordinada. Lo interesante de las cuentas, que Cazadores llama “La Fábrica”, es que no publicitan la cercana relación que mantienen entre ellas y promueven sus posts de forma inorgánica para alcanzar una gran cantidad de lectores opositores con narrativas ajustadas a la línea oficial del gobierno de Nicolás Maduro.
Las cuentas coordinaron en unas treinta ocasiones, entre 2019 y 2022, para promover los mismos hashtags, titulares, memes y narrativas en las mismas fechas y con los mismos objetivos. Los posts esparcieron mentiras orientadas, particularmente, en contra de Juan Guaidó, desde unas supuestas vacaciones suyas a Los Roques un 25 de diciembre, al financiamiento de la carrera de regguetonera de su prima y sus supuestas infidelidades maritales. Esto siempre me ha parecido curioso porque siento que existen suficientes razones legítimas para criticar a Guaidó y la oposición sin tener que andar inventando.
Ciertamente, no hay pruebas de que La Fábrica es coordinada por Maduro y el PSUV pero, para el propósito de lo que quiero decir hoy, aquello no es relevante. Da igual si La Fábrica es operada directamente por el PSUV, partidos miembros del Gran Polo Patriótico o por activistas chavistas, el punto es que el chavismo es el rey indisputable de las comunicaciones políticas en este país, incluso adaptándose a las redes sociales de forma muy natural.
Quizás eso no nos debería sorprender, ellos son el bando que pasó décadas obsesionado con la “guerra mediática” que le tenía montado el “Eje Miami-Bogotá-Madrid”, aunque el PSUV ha progresivamente abandonado esa retórica.
Todos los campos de batalla son relevantes
El PSUV nos ha dado a todos una lección bárbara en cómo mantenerte aferrado al poder. Sin duda un caso de estudio para aquellos que queremos que esto no se vuelva a repetir y un ejemplo a seguir para los aspirantes a tener su propio régimen autoritario.
Uno de los tantos aprendizajes es que no se descuida ningún frente de batalla. No hay campo irrelevante. Donde se pueda ganar o perder veremos al PSUV luchando.
Es algo que se toman muy en serio y se nota cuando se trata de sus esfuerzos por controlar la narrativa política en redes sociales y de alcanzar la mayor audiencia posible con sus mensajes.
Kepios, una firma de consultoría dedicada a explorar las tendencias digitales, evaluó la situación digital de Venezuela entre 2021 y febrero 2022. Según Kepios, alrededor de 15 millones de venezolanos utilizan las redes sociales con Facebook y Twitter liderando la cantidad de usuarios e Instagram de cuarta después de Pinterest.
Hacia finales de 2022, Tendencias Digitales y Datanálisis ubicaban el número de usuarios de internet en Venezuela cerca de los 20 millones.
Y estimaban que alrededor del 58% de aquella población utiliza Facebook (11,5 millones), el 39% estaba en Instagram (7,6 millones), el 26% utilizaba Twitter (5,2 millones) y el 20% usaba TikTok (3,9 millones). Ciertamente lejos de la totalidad de la población que vota ya que encima debemos considerar que muchos de esos de seguro son menores de edad pero, nuevamente, no hay campo de batalla irrelevante en esta lucha.
Por eso tenemos operaciones como La Fábrica, diseñadas más hacia desincentivizar a los electores que a empujarlos hacia el chavismo, videos animados de cuentas anónimas que buscan venderte la recuperación económica del país, por eso tenemos “noticieros” falsos usando inteligencia artificial, por eso es que Nicolás Maduro es una absoluta estrella en TikTok con casi un millón de seguidores.
Por lo general, la oposición es increíblemente anticuada en este campo y tardan mucho en actualizarse (ya llegaremos a eso). Veamos, a modo de ejemplo, el feed de la cuenta de la Plataforma Unitaria en Instagram para diciembre de 2022 y comparemos con el del PSUV.
Sí, alguien definitivamente no estaba claro del juego que jugaban. Dicho eso, han habido cambios positivos en los últimos meses. Ahora que hemos entrado de lleno al ciclo electoral de la primaria opositora vemos un feed más colorido, ¡con videos y fotos! (increíble progreso)
Un letargo considerable pesa sobre la oposición y su capacidad de adaptarse. Cada cambio parece tener que atravesar múltiples niveles de burocracia que tardan meses. Es bueno ver que se han actualizado pero ya la ventaja de sus rivales está bien marcada.
¡Y no olvidemos que esta ventaja no es solo en redes!
La televisión y la radio nacional
Los dos estudios que cité en la sección anterior, el de Kepios y el de Tendencias Digitales/Datanálisis, concuerdan en que— para 2022 — el 73% de la población venezolana tenía acceso al internet. No hay mucho detalle sobre como llegaron a este número pero, para fines prácticos, presumamos que es cierto.
Bien puede ser que el 73% de la población tiene acceso al internet pero debemos cuestionar la estabilidad de ese acceso. Todos hemos tenido problemas de internet, sea con proveedores nacionales o internacionales por satélite, sabemos que aquí no es cuestión de si tendremos alguna falla, es de cuando la tendremos. Existe una diferencia entre tener acceso al internet y que este acceso sea suficientemente estable y constante como para usarlo.
Fuera del reino del internet, el Estado venezolano tiene una supremacía considerable. Su guerra en contra de los medios de comunicación privados (obsesión que se profundizó desde aquel abril de 2002) los ha llevado a la producción de una amplia variedad de canales de televisión de señal abierta que alcanzan a todos los venezolanos con una conexión básica de cable. Estos canales incluso están en las parrillas de los proveedores privados de televisión, quienes se encuentran obligados a transmitirlos.
VTV, ANTV, Tves, FANB TV, Telesur, Vive TV, Alba TV, Colombeia y Ávila TV son solo los canales directamente controlados por el gobierno. A esa lista hay que agregarle los medios privados que se encuentran tan cercanamente vinculados al régimen que es difícil llamarlos “independientes”, Globovisión es uno que viene a la mente.
Pero la televisión no se compara a las más de 300 estaciones de radio comunitarias que operan gracias al gobierno y, por ende, esparcen sus mensajes a todos los oyentes.
Todos estos medios alcanzan a aquellos que quedan excluidos por la dificultad de acceder al internet, los problemas constantes de conectividad y la frágil señal que existe en la mayoría de las poblaciones fuera de Caracas.
Es una lucha cuesta arriba, como todas las que tiene la oposición y cuesta ver que tengan algo nuevo por ofrecer en este ámbito.
La oposición no tiene que vencer al chavismo en redes para tener buenos resultados electorales
El gobierno lleva demasiada ventaja en este juego, la televisión, las radios y su dominancia en redes sociales serán difíciles de enfrentar directamente. No veo posible que la oposición logre revertir esta ventaja ni recortar la delantera mucho que digamos de aquí a las elecciones de 2024, sin embargo, vale la pena preguntarse ¿esa ventaja en comunicaciones se traduce a más votos?
Imagino que muchos politólogos podrán considerar la pregunta bien ridícula, “por supuesto que importa”. Sí, no quiero decir que las estrategias comunicacionales no importan, solo que no la ventaja del PSUV en este campo no es tan relevante como podríamos pensar en esta ocasión.
La elección de 2024 es distinta a las anteriores en que el cansancio político y la apatía del electorado es incomparable. El PSUV se encuentra, electoralmente, en su peor momento, habiendo recibido más votos en contra que a favor en las elecciones regionales de 2021. Este pésimo resultado ha sido único en su historia y sucedió incluso con la dominancia de las redes, televisión y radio ya que este juego no es nuevo.
La oposición debe adaptarse a la nueva era de comunicaciones políticas, ya hemos visto algunos intentos por ese camino pero la transformación debe ser completa. Mientras la Plataforma Unitaria actualiza su Instagram tenemos a la Comisión Nacional de Primarias publicando una hoja de Excel impenetrable para mostrar su calendario de aquí a la primaria.
La oposición no va a poder ganarle al chavismo en su propio juego, no tendrá mayor alcance en televisión ni más seguidores en Twitter y TikTok pero eso no es necesario para ganar esta elección. La Plataforma Unitaria tiene que volver a capturar a su base y motivarlos camino a 2024. No es necesario voltear a los chavistas en contra del PSUV, eso es algo que el PSUV ha logrado por su cuenta. Lo necesario es volver a convencer a las personas que votaron por ti en 2013— y que siguen en el país— de que vale la pena volver a las urnas.
Para ello hay que actualizarse pero, más allá de eso, necesitan un mensaje claro detallando por qué estas elecciones son distintas a 2018 y cómo planean defender el resultado. Sin esas dos cosas no importa cuantas agencias de marketing y consultorías políticas inundas con dinero, no lo vas a lograr. Lo triste y frustrante es que no los veo sincerándose con la situación autocrática del país, los veo a todos muy relajados y cómodos jugando el jueguito democrático, haciendo malabares en el circo electoral.
Los esfuerzos del PSUV solo se intensificarán mientras más nos acercamos a las elecciones, la Plataforma Unitaria tiene que tener un plan claro para reducir su efectividad y hablándole claro a la gente es la mejor forma que veo de hacerlo.
La politica a la usansa antigua, o sea, candidato a caminar y "tocar gente". Si prefieren la internet, creo, estan muy mal.