El ruido estruendoso del silencio
Juan Guaidó fue agredido dos veces en una semana mientras hacía un recorrido por Zulia y Cojedes. En los días siguientes, ha sido interesante ver cómo algunos políticos se han expuesto a sí mismos.
No creo que las personas deban pronunciarse sobre hechos políticos. Es decir, no creo que exista una obligación moral según la cual las personas tienen que hacer declaraciones sobre sus posturas políticas cada vez que ocurre algún hecho controversial en Venezuela.
La mayoría de las personas quieren vivir sus vidas en paz, sobrevivir y prosperar en Venezuela ya es suficientemente difícil sin que todos te estén juzgando por no ir a Twitter y escribir la consigna política correcta.
Dicho eso, los políticos han elegido estar expuestos a este tipo de expectativa. Aquellos que se dedican a tratar de alcanzar y consolidar poder político, sea por medio de cargos electos o por medio de popularidad, tratan de aprovechar cada oportunidad que tienen para posicionarse en la discusión pública. Si sigues a cualquier político en alguna red social es fácil ver esto en acción. Los miembros de la clase política, incluyendo a todos los publicistas, relacionistas, consultores y analistas, eligen- cuidadosamente - los temas sobre los cuáles se pronunciarán.
Estas decisiones se toman con mucha consideración. Una de las consecuencias de que tus opiniones sean formadas por comité es que todos los políticos terminan sonando igual. Todos escriben igual, hablan sobre lo mismo, comentan sobre los mismos sucesos, etc.
Por esto mismo, cuando ignoran un hecho, no es coincidencia. El silencio y las omisiones estratégicas pueden decirnos mucho sobre el carácter de alguien.
Las agresiones a Juan Guaidó
El pasado sábado 4 de junio de 2022, Juan Guaidó y su equipo se encontraban en una reunión con habitantes del barrio Cuatricentenario en la capital zuliana de Maracaibo cuando fueron agredidos por un grupo de personas que, según individuos que se encontraban presentes, se identificaban como miembros del PSUV.
Los videos de lo sucedido se esparcieron rápidamente por las redes. Tristemente, se volvieron algo representativos de la situación política en Venezuela. Es el tipo de cosa que esperamos. Es algo que ya casi ni sorprende. Es algo a lo que respondemos con un suspiro de frustración y la frase “equis, somos venecos.”
Julio Riobó, uno de los muchos “periodistas” de VTV, publicó esto en sus redes:
Obviamente, propagandistas como Riobó no se preocupan por establecer la verdad y él “reportó” que el encuentro violento fue entre miembros de la oposición. Sin mencionar que lo encontró bastante cómico además.
Como si lo sucedido el 4 de junio en Zulia no fuese suficiente, este pasado sábado 11 Guaidó y su equipo tuvieron que volver a enfrentarse a la misma táctica de intimidación.
Esta vez en una sala de reuniones en Cojedes, miembros del partido de gobierno interrumpieron el evento y comenzaron a agredir a los presentes. Igual que en Maracaibo, aquí también lanzaron sillas, pero también trataron de arrancarle la camisa a Guaidó y, según algunas personas, supuestamente también dispararon contra el vehículo en el cual se alejó de la zona.
La reacción de la Unidad
La Mesa de la Unid- digo, la Plataforma Unitaria Democrática publicó el siguiente comunicado en sus redes sociales:
Bastante claro y simple. Es justo lo que podríamos esperar del movimiento político que apoya a Guaidó.
Este es justamente el punto, es muy fácil denunciar lo que le pasó a Guaidó y su equipo. No tienes que apoyarlo políticamente ni tienes que ser su amigo para denunciar violencia cometida en su contra. Yo he criticado la “gestión” de Guaidó en el pasado, pero no por eso estoy a favor de lo sucedido. Tampoco me cuesta nada sentarme aquí y decir lo que pienso, decir que lo sucedido es una atrocidad que no debe ser aceptada de ninguna manera, ni en Venezuela ni en cualquier otro país.
Sin embargo, sí parece haber un grupo de personas para quienes es bien difícil decir algo tan simple. Veamos los esfuerzos de algunos para distanciarse de Guaidó:
Gustavo Duque Sáez
Como dije más arriba, las reacciones de los políticos están cuidadosamente pensadas. Cada vez que hay una controversia ellos van y se sientan con sus consultores sobrepagados y deciden qué les conviene decir y cómo les conviene decirlo.
Por eso algunos tardaron días en decir algo y cuando hablaron dijeron algo así:
Gustavo Duque, Alcalde de Chacao, no puede ni escribir “Juan Guaidó”. ¿Por qué?
Sabemos que las letras le funcionan en el teclado, entonces ¿qué es esta condena genérica de la violencia política, nueve días después de lo sucedido en Zulia y dos días después de lo que pasó en Cojedes?
No es que se le olvidó ni nada, esto está pensado. Duque quiere alejarse de Guaidó debido a que ese es el plan de su partido, Fuerza Vecinal. Fuerza Vecinal surgió, supuestamente, como una alternativa a los partidos ya “tradicionales” de oposición como Voluntad Popular y Primero Justicia. Duque y Fuerza Vecinal tratan de distanciarse de ellos y venderse como un nuevo tipo de oposición, diseñada para aquellos ciudadanos que están cansados de VP y PJ.
Es por esa razón que no lo menciona por nombre, él y su equipo temen que defender a Guaidó lo hará salir en un video de John Acquaviva etiquetado de “guaidiota”.
Hablando de Acquaviva, no se pierdan su reacción:
Henrique Capriles Radonski
Pero Duque no fue el único en portarse así. El ex-gobernador de Miranda y dos veces candidato presidencial (cuidado y pronto son tres) Henrique Capriles Radonski tuvo esto que aportar:
A diferencia de Duque, Capriles por lo menos nombró a Guaidó, aunque empieza el tuit bien raro con esa aclaratoria de que estaba fuera de Caracas. ¿No tenías señal para escribir antes? El sábado 11 retuiteó algo publicado por PROVEA a las 3:00pm, entonces señal tenía. No se cuál era la necesidad de complicar las cosas con esa línea inicial, quizás su equipo le dijo que lo incluyera para así tener una excusa cuando le preguntasen por qué tardó tanto en decir algo. Pero ya nosotros sabemos por qué. De seguro estaba viendo las reacciones de los demás.
Antonio Ecarri
Antonio Ecarri, probablemente el primer político de oposición en anunciar su candidatura a las elecciones presidenciales de 2024, no ha dicho nada sobre lo que le pasó a Guaidó hasta donde he podido ver. Tampoco es que no ha tenido chance, el hombre es muy activo en Twitter con un poco más de 38 mil tuits, pero desde el sábado no ha ofrecido ni una palabra sobre lo sucedido en Cojedes.
Lo de Ecarri es bien interesante, él vende su candidatura - y su partido, Alianza del Lápiz - como la opción que salvará a Venezuela por medio de la educación. Ecarri es bien fastidioso con el tema, lanzando la palabra en cada entrevista y usándola cada vez que tiene una oportunidad para hablar. Uno imaginaría que alguien tan preocupado (supuestamente) por la educación tendría la decencia de dar algunas palabras condenando los actos de violencia política, ¿no?
No.
Al final del día, mi decepción es mi culpa por esperar tanto de Ecarri. El hombre es una contradicción caminante. Se la pasa hablando de la educación pero va y deja los afiches de su partido pegados a todos los postes de luz de Caracas unos siete meses después de las elecciones regionales. Habla sobre ponerle fin a la centralización pero declara que el Consejo Nacional Electoral debería ser quien organice las primarias de la oposición. Ecarri anuncia que no va a primarias para volver tres días después y decir que debería haber una consulta nacional sobre los candidatos, aunque ahora dice que las primarias las debería organizar el CNE… pero sin Guaidó.
Equis, quién lo entiende.
Civilidad política
En abril del año pasado, Héctor Pantoja Pérez-Limardo publicó en Cinco8 un artículo sobre qué significa tener “cultura democrática”.
En aquella pieza, el autor menciona la importancia de mantener “generosidad con el contrario”. Estableciendo que, aunque pensemos distinto, si todos compartimos los principios básicos de civilidad política contenidos en la constitución, podremos progresar. Logrando acuerdos y avances entre miembros de partidos políticos contrarios que favorezcan a los que más lo necesiten.
Los políticos de los distintos “bandos de oposición”, no parecen compartir esta creencia democrática. Cada una de sus acciones está destinada hacia favorecerse ellos mismos, incluso a la expensa de otros que, en teoría, deberían estar de su mismo lado.
Duque y Ecarri no pueden ni mencionar a Guaidó. Tanto miedo tienen de perder seguidores o votos que no pueden ni reconocer a alguien que fue salvajemente agredido por las fuerzas del oficialismo.
La gente está cansada de ellos, cansada de sus patéticas pugnas internas. No creo que Juan Guaidó sea la persona más preparada para ser Presidente, pero esta gente que se vende de “disidentes” no puede ser confiada. Son falsos, personas sin principios que se dejan arrastrar por el viento de la conveniencia política.
Para salir de esto vamos a necesitar personas que no se queden calladas por miedo y que tengan el compromiso de ser leales a sus creencias y principios.
No se dónde los encontraremos, pero ojalá no estén lejos.