Cambios en los órganos de seguridad del Estado
Algunos escenarios sobre los más recientes cambios en los liderazgos de los órganos de seguridad tras la elección del 28 de julio.
Los días que le siguieron a la elección del 28 de julio parecían salidos de cuentos de golpes de estado. Miles de detenciones, el anuncio de nuevas cárceles para “terroristas”, la anulación masiva de pasaportes y lo que parecían ser infinitas alcabalas de los distintos cuerpos de seguridad ignorando toda garantía constitucional. Todo muy curioso viniendo de quienes juraban haber ganado la elección a pesar de ser — aún— incapaces de mostrar prueba alguna del supuesto triunfo, más allá de lo que dijo Elvis Amoroso en televisión.
Pasadas varias semanas, las cosas parecían calmarse un poco. Veíamos menos alcabalas, las detenciones se habían desacelerado y el gobierno de Nicolás Maduro parecía estar interesado en “seguir con la vida”, apresurado por normalizar la situación para mantener algo de estabilidad económica. Pero, por más que el gobierno quería proyectar normalidad, algo no estaba bien entre sus propias filas.
El 27 de agosto, a casi un mes de la elección, Maduro anunció cambios en su gabinete de ministros. Los cambios fueron… raros. El Ministerio de Juventud y Deporte, por ejemplo, fue dividido en dos, los nuevos Ministerio de Juventud y Ministerio de Deporte, creando así un cargo extra para repartir. Héctor Rodríguez fue removido de la Gobernación de Miranda para asumir la dirección del Ministerio de Educación. Pedro Tellechea, quien había quedado como Ministro de Petróleo tras la purga de Tareck El Aissami y sus colaboradores, pasó al Ministerio de Industria y Producción Nacional, dejándole el Ministerio de Petróleo a Delcy Rodríguez.
Dicho eso, el cambio más curioso fue la designación de Diosdado Cabello como Ministro de Interior y Justicia. Cabello no ha estado acostumbrado a ocupar cargos de designación ejecutiva, por lo menos no en los últimos años, habiendo dedicado la mayoría de su tiempo en la última década a la Asamblea Nacional (y Asamblea Nacional Constituyente) y como Primer Vicepresidente del PSUV.
Era importante preguntarse ¿qué hacía Maduro designando a Cabello a una posición ministerial que le permite control sobre órganos de seguridad como el SEBIN? Recordemos que la elección fue el 28 de julio y Maduro parecía haber logrado preservar su poder con la ayuda de dichas instituciones. Entonces, ¿para qué el cambio?
Estas dudas se hicieron aún más presentes cuando el 14 de octubre siguió la tendencia con cambios en los organismos de seguridad. Mientras que individuos como Vladimir Padrino López (Min. Defensa), Domingo Hernández Lárez (CEOFANB) y Elio Estada Paredes (Comandante GNB) fueron ratificados en sus cargos, todos los demás puestos del Estado Mayor Superior de la Fuerza Armada Nacional fueron sustituidos. En particular, Gustavo González López (Director del SEBIN) e Iván Hernández Dala (Director de la DGCIM) fueron reemplazados por Alexis Rodríguez Cabello y Javier Marcano Tábata, respectivamente.
Marcano Tábata fue comandante de la Milicia Bolivariana y también llegó a estar a cargo de la Unidad Especial de Seguridad y Protección a Personalidades del Estado (UESPPE), habiendo encabezado la seguridad de Maduro en aquel desfile del 4 de agosto de 2018 en el cual dos drones detonaron explosivos cerca de Maduro en la Avenida Bolívar de Caracas. Rodríguez Cabello, por su parte, había sido designado Autoridad Única del Estado Guayana Esequiba tras el referendo del pasado diciembre de 2023, habiendo sido previamente Comandante de la REDI Capital e, interesantemente, primo de Diosdado Cabello Rondón.
Volvemos a la pregunta: ¿por qué estos cambios?
Maduro perdió la elección del 28 de julio pero tomó la decisión de que el CNE anunciase resultados falsos. En medio de lo que fueron días de tensión, el SEBIN, la DGCIM y, en general, el Ministerio de Interior y Justicia habrán apoyado la decisión de Maduro de mantenerse en el poder por la fuerza. En otras palabras, las grandes instituciones que controlan el poder en Venezuela fueron leales, entonces volvemos: ¿por qué reemplazarías a quienes ya demostraron ser leales? Se me ocurren algunos posibles escenarios que pasaremos a comentar.
Ciertamente, todo lo que viene a continuación será especulación de mi parte pero creo que el ejercicio igual es útil si queremos mejor entender la compleja situación que vivimos.
1. Esto siempre ha sido parte del plan
Existe la posibilidad de que Cabello y su entorno fueron prometidos esto antes de las elecciones como recompensa por su lealtad durante el fraude que vendría en julio o como compensación por las dificultades económicas que ha sufrido el país como consecuencia de que la presidencia de Maduro no ha sido reconocida. En este escenario, Maduro no tenía razones reales para dudar de quienes ocupaban los cargos en el momento pero veía una oportunidad para asegurarse a varias fichas utilizando el mismo grupo de cargos dos veces.
De esto ser así, Maduro estaría meramente cumpliendo una promesa preexistente y no hay mucha información interesante que podamos extraer de esta decisión. Sin duda el escenario más aburrido pero no por eso menos probable.
2. Maduro tomó esta decisión porque las cosas no salieron como él quería
Aquí se preguntarán cómo sería posible esto si Maduro sigue sentado en Miraflores, indicando que las cosas claramente le han salido bien.
El camino tomado parece haber llevado a Maduro al destino deseado pero eso no significa que fue un paseo que él disfrutó. Fácilmente pueden existir dudas sobre la firmeza del compromiso que tiene los oficiales reemplazados con la Venezuela de Maduro, razón más que suficiente para removerlos de posiciones riesgosas de poder. Recordemos el famoso refrán, es mejor prevenir que lamentar.
Un comentario fuera de lugar, un chistecito que cayó mal, contestar el teléfono un minuto muy tarde, actitudes “sospechosas”, cualquiera de estas cosas son suficiente razón para que una persona paranóica dude de tu lealtad. Recordemos que no tienes que ser un traidor para que alguien te perciba como uno.
En este escenario, los anteriores jefes de las fuerzas de seguridad fallaron de una u otra forma en deberes que Maduro consideraba esenciales y el resultado es su purga. Un “por si acaso”.
Para Maduro sería mejor cambiarlos con alguien leal (o suficientemente poderoso) en caso de que tenga razón y sus lealtades no sean tan firmes como originalmente pensado.
3. Esto no fue decisión de Maduro
Este es el escenario espectacular, el de novelas, tabloides y cuentas anónimas de Twitter… dicho eso,su extravagancia no significa que no sea posible.
En este escenario, Maduro no escogió elevar a Cabello y su cohorte a posiciones de poder real, más bien este se impuso. Esta imposición no tiene por qué haber sido violenta, y no sabemos si vendría de ambición o de miedo, pero sería una imposición al fin.
Cabello, viendo una oportunidad de asegurarse una cuota de poder significativa, aprovecha las dudas y miedo de Maduro para obligarlo a cederle los cargos. Otra forma de verlo es que Cabello actúa por miedo propio, miedo a que quienes ocupaban los cargos eran incompetentes o desleales y eso le iba a salir caro a él. Recordemos que la situación del chavismo es igual de existencial para Cabello como lo es para Maduro.
Tenemos que tener mucho cuidado cuando evaluamos este escenario o aquellos que le son parecidos, escenarios donde el chavismo es frágil y así se considera. Sé que muchos quieren que este tipo de escenario sea cierto, muchos quieren que existan fracturas significativas en la estructura de poder chavista. Muchos quieren pensar que las cosas se están desmantelando. Es justo por esta razón que no podemos apresurarnos al escoger el más probable ya que fácilmente nos podemos engañar a nosotros mismos y confundir la realidad con lo que nosotros queremos que sea la realidad.
Se que este recordatorio puede ser bien pedante o fastidioso pero genuinamente creo en su importancia. A la realidad, lastimosamente, poco le importa lo que nosotros queremos, sentimos o pensamos.
¿Qué estará realmente ocurriendo?
La periodista Sebastiana Barráez parece opinar que Cabello ya tenía gran parte del poder de estos cargos en sus manos, incluso atándolo a actos del SEBIN en diversas ocasiones en años anteriores pero asevera que los cambios más recientes demuestran la existencia de un pacto entre él y Maduro. Unos días antes de anunciarse los cambios, Barráez había comentado que Iván Hernández Dala, entonces director de la DGCIM, había “perdido poder” tras la elección del 28 de julio, una intuición que pareció ser acertada cuando Hernández Dala fue removido del cargo tras pasar una década ejerciéndolo. Barráez señala a Hernández Dala como un aliado cercano de Maduro y a González López, entonces director del SEBIN, como una ficha cercana de Cabello. La caída de ambos, entonces, parece indicar el resultado de algún compromiso para compartir poder, un compromiso que parece teñido de paranoia.
La opacidad reina en este tipo de asuntos. Por razones bastante obvias, quienes están involucrados tienen muy buenas razones para mantener los detalles ocultos, nadie quiere dar muestras de posible debilidad, asi que no debería sorprendernos que estos cambios sean tratados como normales. Pero es imposible ignorar que Cabello ha estado tomando un rol mucho más público que antes, uno que se extiende fuera de las paredes del set televisivo donde graba su conocido programa semanal. Ciertamente, ahora tiene una responsabilidad oficial, pero es una que ha tomado con ganas y hambre, siempre enfatizando la importancia de aquella “fusión cívico-militar” que ha llevado a unidades militares a ejercer funciones policiales.
Lo único que puedo decir con confianza es que estos no serán los últimos cambios. Las tensiones existentes dentro del chavismo ser irán realzando mientras más cerca estemos del 10 de enero de 2025 y la juramentación presidencial. Aquella fecha será crítica para Maduro y estoy seguro que hay varias personas cercanas a su gobierno que estarán buscando aprovechar la oportunidad para torcerle el brazo al líder chavista y asegurarse alguna concesión personal.
Gracias! 👏🏼